Alemania es uno de los principales afectados por la rebaja en el suministro del gas ruso por el gasoducto Nord Stream, que desde el comienzo de la guerra en Ucrania redujo el flujo drásticamente.
Por ello y a raíz de un nuevo recorte por parte de la estatal rusa Gazprom, ahora al 20% de su capacidad, desde el Gobierno alemán informaron que comenzarán a cobrar una tasa a hogares y empresas para controlar el consumo de gas.
Si bien el importe de la nueva tasa aún no se determinó de forma definitiva, el ministro de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck, anticipó que “estará entre 1,5 y 5 céntimos por kilovatio hora”, así que cabe esperar que el impacto sea de “varios cientos de euros por hogar”.
El Gobierno alega que la medida es necesaria para asegurar el suministro de energía, de modo que ningún proveedor tenga que declararse insolvente por el aumento por la fuerte subida de los precios de compra del gas. La tasa entrará en vigor el 1 de octubre, y se prevé que se establezca hasta el 30 de septiembre de 2024.