El gobierno de Ucrania informó que sus tropas recuperaron territorios ocupados desde hace meses por las fuerzas rusas. “Desde septiembre más de 3.000 kilómetros cuadrados han vuelto bajo control ucraniano.
En los alrededores de Járkov empezamos a avanzar no solo en el sur y el este, sino también hacia el norte”, precisó el comandante en jefe del Ejército ucraniano, Valeri Zaluzhni.
El fin de semana el ejército de Kiev avanzó hasta Kupiansk, una localidad clave por su conexión terrestre para reconquistar el este ya que está en medio de una serie de rutas que permitirán avanzar la contraofensiva hasta la ciudad de Izium. Esta ciudad, en la región de Járkov, es un centro de operaciones crucial para Rusia. Ante el avance, la reacción rusa fue replegarse.
“Se tomó la decisión de reagrupar a las tropas destinadas en las regiones de Balaklia e Izium para mejorar las acciones en dirección a Donetsk y así lograr los objetivos declarados de la operación militar especial para liberar el Donbás”, informó el Ministerio de Defensa ruso, sin reconocer el avance de Kiev y apelando a razones “tácticas”.
Por otra parte, continúa la incertidumbre en torno a la central nuclear de Zaporiyia que fue el domingo fue desconectada por completo de la red eléctrica a raíz de los bombardeos en la zona. Los operarios trabajan para enfriar su reactor. El presidente francés, Emmanuel Macron, se comunicó con su par ucraniano para manifestar su preocupación.
En tanto, Putin le respondió a Macron y afirmó que Ucrania es responsable de los bombardeos, que si no cesan habrá “consecuencias catastróficas”. Las acusaciones cruzadas también se dan sobre crímenes entre los ejércitos. Naciones Unidas alertó por desapariciones forzadas y arbitrarias tanto por parte de las fuerzas rusas como por las ucranianas. Según la ONU, 416 personas fueron detenidas ilegalmente, de las cuales 16 murieron y 166 fueron puestas en libertad.