El conflicto entre Ucrania y Rusia trasladó sus escenarios a Bruselas y San Petersburgo, en un caso porque la Comisión Europea recomendó otorgar a Kiev el estatuto de candidato a ingresar a la Unión Europea (UE), y en el otro porque el presidente Vladimir Putin afirmó que no se oponía «para nada» a ese paso, aseguró que su país únicamente usaría armas nucleares como defensa y rechazó que Moscú sea responsable de la suba de precios de los combustibles. Poco después del anuncio de la jefa del bloque europeo, el líder ruso aprovechó una intervención que hizo en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo y dejó varias aseveraciones de peso, como que la economía rusa había resistido las sanciones occidentales impuestas tras la invasión de Moscú a Ucrania y que el orden unipolar se terminó. Acusó a Estados Unidos de tratar a otros países como “colonias” y dijo que no se habían cumplido las sombrías previsiones sobre la economía rusa. “Nada será como antes en la política mundial”, disparó.
“Es un error sugerir que se puede esperar que los tiempos de cambios turbulentos pasen y que las cosas volverán a la normalidad; que todo volverá a ser como antes. No sucederá”, insistió Putin durante su discurso en el llamado “Davos ruso”. Más temprano, la titular del Ejecutivo de la UE, Ursula von der Leyen, tras examinar la solicitud de Kiev en tiempo récord ante la invasión de Rusia, hizo el anuncio de la candidatura de Ucrania, que será debatida en la cumbre europea del jueves y viernes próximos. Para que el proceso avance, los dirigentes de los 27 países del bloque deberán dar su luz verde de forma unánime.
«La Comisión recomienda al Consejo, en primer lugar, otorgar a Ucrania una perspectiva europea y, en segundo, concederle el estatuto de candidato. Ello, desde luego, a condición de que el país proceda a cierto número de importantes reformas», declaró Von der Leyen en conferencia de prensa.
La presidenta de la Comisión anunció asimismo que la misma recomendación de estatuto de candidato a la UE se hace para Moldavia, país vecino de Ucrania y que tiene su propio conflicto con el Kremlin por la región separatista prorrusa de Transnistria.
Por el contrario, instó a que se reevalúe la situación de Georgia, otro Estado de la región que solicitó su ingreso a la UE, antes de recomendar también darle el estatuto de candidato.
Esta nación del Cáucaso tuvo en 2008 una breve pero sangrienta guerra con Rusia que terminó con la autoproclamación como repúblicas de las regiones de Osetia del Sur y Abjasia, apoyadas por Moscú.
«Todos sabemos que los ucranianos están dispuestos a morir por defender sus aspiraciones europeas. Queremos que vivan con nosotros, por el sueño europeo», afirmó Von der Leyen.
En su primera reacción al anuncio, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aplaudió la «decisión histórica» de recomendar la concesión a su país del estatuto de candidato al bloque.
«Agradecido a Ursula von der Leyen y a cada miembro de la Comisión Europea por una decisión histórica», afirmó Zelenski en Twitter.
Aunque Rusia había dicho que seguiría con «especial atención» este acercamiento de Ucrania a formar parte de la UE, más tarde el presidente Vladimir Putin remarcó que su país no tiene “nada en contra” de la llegada de Kiev al bloque regional.
«No tenemos nada en contra; adherir a uniones económicas es una decisión soberana. Es un asunto suyo, un asunto del pueblo ucraniano. A diferencia de la OTAN, la UE no es una alianza militar», señaló Putin en la sesión plenaria del Foro Económico Internacional de San Petersburgo.
Aún así, Putin también afirmó que si Ucrania es finalmente admitida en la UE, «se convertirá en una semicolonia» de los países occidentales. «Esta es mi opinión», sentenció.
Francia, Alemania e Italia, tres pesos pesados en el bloque europeo, se habían pronunciado por la concesión «inmediata» a Ucrania de este estatuto oficial de candidato, durante la visita que hicieron ayer a Kiev sus respectivos líderes: Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Mario Draghi.
Pero la presencia de Putin en San Petersburgo dejó otras sentencias: aseguró que su país no amenaza a nadie y sólo recurriría a las armas nucleares «si es necesario» para defender su soberanía y atribuyó el alza en los precios de los combustibles a «errores sistémicos» de los países occidentales. «No somos una amenaza, pero todos deben saber lo que nosotros tenemos y lo que usaremos si es necesario para la defensa de nuestra soberanía», dijo el mandatario, que calificó de «irresponsables» las declaraciones de funcionarios occidentales sobre que Rusia amenaza al mundo con su armamento atómico. «Escuchamos esa clase de retórica. ¿Vamos a estar callados? Respondemos como debemos. Tan pronto respondemos, se agarran a eso y dicen: Rusia es una amenaza», lamentó.
Putin ironizó además sobre el hecho de que «todos oímos hablar de una supuesta ‘inflación Putin'», y remarcó que el accionar de Moscú «para liberar el Donbass no tiene nada que ver con eso». La disparada de precios «es resultado de errores sistémicos del gobierno estadounidense y de la burocracia europea. Para ellos, nuestra operación es un salvavidas que les permite endilgarnos todo», se quejó el presidente, que advirtió sobre una «política económica errónea» de occidente. Los países occidentales «imprimieron y distribuyeron dinero y vaciaron los mercados de otros países con ese dinero», denunció.
Estados Unidos y los países europeos enfrentan una inflación inédita no solo por el precio de las naftas sino también del gas, que escaló por los recortes de entregas de la firma rusa Gazprom. En el terreno de combate, Ucrania exigió un «alto el fuego total» para evacuar a los más de 500 civiles que están refugiados en una planta química en Severodonetsk, la ciudad estratégica del este en el que se desarrollan actualmente la mayoría de los combates. «Salir de la fábrica es posible solo con un alto el fuego total», dijo Serguei Gaidai, gobernador de la provincia de Lugansk, donde está localizada Severodonetsk.
El dirigente señaló además que cualquier intento de salir de la planta Azot, donde están refugiadas 568 personas, incluidos 38 niños, es «imposible y peligroso» debido «a los bombardeos y constantes combates», indicó la agencia de noticias AFP. Severodonetsk es la ciudad más importante de la provincia de Lugansk, que aún está bajo control ucraniano, pero es blanco de ataques rusos desde hace semanas. Tras desistir de la toma de Kiev en marzo, Moscú pretende conquistar toda esta zona del Donbass, controlada parcialmente por separatistas prorrusos desde 2014.