Más de 1.300 personas murieron y otras 1.832 sufrieron heridas de diversa gravedad por un sismo de magnitud 6,8 que sacudió Marruecos anoche, con epicentro 71 kilómetros al suroeste de la turística ciudad de Marrakech.
Los equipos de rescate trabajaban hoy en busca de sobrevivientes entre los escombros, mientras que las autoridades gubernamentales declararon tres días de luto nacional y recibieron condolencias de los principales lideres mundiales.
La Cancillería informó a Télam que hasta hoy no hay ciudadanos argentinos fallecidos ni heridos y también brindó sus condolencias en forma oficial.
La Casa Real de Marruecos dispuso «un duelo nacional de tres días, con banderas a media asta en todos los edificios públicos», según la agencia de noticias marroquí MAP, tras una reunión presidida por el rey Mohamed VI.
La magnitud del daño generó una ola de solidaridad internacional con condolencias expresadas por el Papa y las autoridades de España, Estados Unidos, Israel, Reino Unido y la Argentina, entre otros países, que además ofrecieron ayuda humanitaria.
El fuerte sismo, con una magnitud 6,8 según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), provocó al menos 1.305 muertos y 1.832 heridos, «de los cuales 1.220 están en estado grave», indicó el Ministerio del Interior marroquí. El movimiento telúrico se produjo a las 23:11 del viernes a una profundidad de 18,5 kilómetros, con epicentro 71 kilómetros al suroeste de Marrakech.
El Centro Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas marroquí (Cnrst) indicó una magnitud de 7. En el balance anterior, de 1.037 fallecidos, la mayoría de ellos se habían registrado en Al Hauz, provincia epicentro del sismo.
En el pueblo de Moulay Brahim, en Al Hauz, los equipos de rescate trabajaban este sábado en busca de sobrevivientes entre los escombros. Cerca de allí, los vecinos cavaban fosas en una colina para enterrar a las víctimas, según un equipo de la agencia de noticias AFP presente en el lugar.
El pueblo de Tafeghaghte, situado a unos 60 kilómetros al suroeste de Marrakech, quedó prácticamente destruido en su totalidad, según pudo comprobar un equipo de la AFP.
«Tres de mis nietos (de 12, 8 y 4 años) y su madre murieron. Están todos debajo de las ruinas», dijo Omar Benhanna, de 72 años, un habitante de Tafeghaghte.
En tanto, el ejército marroquí desplegó «importantes medios humanos y logísticos, aéreos y terrestres», como equipos de búsqueda, de rescate y montó un hospital de campaña en Al Hauz, aportó la agencia de noticias estatal MAP.
El sismo también se sintió en ciudades costeras como la capital Rabat, Casablanca o Esauira, al igual que en varias provincias del oeste de Argelia, el país vecino hacia el este, pero su departamento de defensa civil descartó daños o víctimas. Los medios marroquíes informaron que fue el sismo más potente registrado en este reino en el norte de África.
La Cruz Roja Internacional alertó que Marruecos podría necesitar «meses e incluso años» de ayuda para reconstruir las zonas afectadas, tal como ocurrió con el terremoto de Turquía y Siria a principio de año, y alertó que ahora vienen 24 a 48 horas «críticas».
«Prevemos muchos meses e incluso años de respuesta», dijo Hossam Elsharkawi, director regional para Oriente Medio y el Norte de África de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC).
Los equipos de la Media Luna Roja marroquí se desplegaron de inmediato en el terreno para «evaluar la situación, apoyar las operaciones de búsqueda y rescate y llevar ayuda a las poblaciones damnificadas, en coordinación estrecha con la IFRC y las autoridades locales», destacó el comunicado de la Cruz Roja Internacional.
La asistencia brindada es múltiple e incluye desde primeros auxilios, apoyo psicológico y ayuda al transporte de los heridos a los hospitales. Sin embargo, advirtieron que «algunas de las zonas más afectadas son remotas y montañosas, y por tanto de difícil acceso».
«El Papa expresa su profunda solidaridad por las víctimas de esta tragedia», afirmó un mensaje enviado a Marruecos por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, con las condolencias del Pontífice.
La Cancillería argentina informó a Télam que no hay compatriotas entre los fallecidos, ni entre los heridos hasta el momento y también brindó sus condolencias a través de un comunicado.
«El pueblo y el Gobierno argentinos desean transmitir al pueblo y al Gobierno del Reino de Marruecos su plena solidaridad frente a esta catástrofe natural», indicó el texto en el que también se expresan «las sentidas condolencias a los familiares de las víctimas fatales, haciendo votos por la pronta recuperación de los heridos y el mejoramiento de las condiciones en las zonas afectadas».
En tanto España, Reino Unido, Italia, Israel y Estados Unidos se solidarizaron y ofrecieron apoyo para las labores de rescate. «España ha puesto a la disposición de Marruecos, si lo consideraran necesario, su capacidad de rescate», aseguró el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, citado por la agencia Europa Press, mientras el rey Felipe VI dijo estar «desolado al recibir la noticia del violento terremoto que ha causado un elevadísimo número de víctimas mortales».
El presidente francés Emmanuel Macron, en pleno vuelo hacia Nueva Delhi para asistir a la cumbre del G20, expresó estar «conmocionado» por la tragedia y dijo que «Francia está lista a ayudar a los primeros auxilios», en un mensaje publicado en la red social X (antes Twitter).
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, manifestó su «profunda tristeza» por las víctimas del terremoto y afirmó que su país está «listo para brindar cualquier asistencia necesaria».
La Unión Africana manifestó su «gran dolor» por la tragedia y los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; de Ucrania, Volodomir Zelenski; de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y de China, Xi Jinping y el primer ministro indio Narendra Modi se sumaron a las condolencias.
Argelia, por su parte, anunció la apertura de su espacio aéreo a los aviones con ayuda humanitaria para las víctimas del sismo de Marruecos, país al que había cerrado la circulación de aviones civiles y militares en septiembre de 2021 a raíz de un conflicto bilateral.
En Marrakech, los marroquíes inspeccionaban los daños en sus casas entre montones de escombros, polvo y coches aplastados por las piedras.
Videos grabados en esta ciudad durante el temblor muestran a los habitantes saliendo despavoridos de los edificios en medio de la sacudida, escombros que se desprenden de los inmuebles hacia estrechos callejones y vehículos cubiertos de piedras.
En uno de ellos se observa un minarete (torre) de una mezquita que colapsó en la famosa plaza Yamaa el Fna, el corazón de Marrakech, provocando heridas a dos personas.
Cientos de personas se concentraron en esta emblemática plaza donde pasaron la noche por el miedo a las réplicas, algunos con mantas y otros durmieron directamente en el suelo.
«Nos paseábamos por Yamaa el Fna cuando la tierra empezó a temblar, era verdaderamente asombroso como sensación», explicó a la agencia de noticias AFP Houda Outassad y destacó que si bien «stamos sanos y salvos, pero todavía conmocionados».
Mimi Theobald, una turista inglesa de 25 años, estaba con unas amigas a punto de comer el postre en la terraza de un restaurante «cuando las mesas empezaron a temblar, los platos a volar. Entramos en pánico», compartió.
Marruecos experimenta terremotos con frecuencia en su región septentrional, debido a su posición entre las placas africana y euroasiática.
En 2004, al menos 628 personas murieron y 926 resultaron heridas cuando un terremoto golpeó Alhucemas, al noreste del país. Mientras que en 1980, el terremoto en El Asnam de magnitud 7,3 en la vecina Argelia fue uno de los sismos más destructivos de la historia contemporánea, dejando 2.500 fallecidos y al menos 300.000 personas sin hogar.