Venezuela solicitó este miércoles la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) tras denunciar lo que calificó como una agresión abierta por parte de Estados Unidos, en el marco de una escalada de tensiones que Caracas vincula a recientes declaraciones y medidas adoptadas por la Casa Blanca.
La presentación formal fue realizada ante el máximo órgano de seguridad de la ONU por instrucción del Gobierno venezolano, luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara un “bloqueo total y completo” a los buques petroleros que entren o salgan del país sudamericano.
Según Caracas, estas acciones buscan apropiarse por la fuerza de sus recursos energéticos y constituyen una violación flagrante de la Carta de las Naciones Unidas.
El canciller Yván Gil afirmó que las amenazas públicas de Washington configuran un crimen de agresión contra un Estado soberano y advirtió que Estados Unidos “ya no disimula” su objetivo estratégico de controlar la mayor reserva petrolera del mundo mediante presiones políticas, coerción económica y amenazas militares.
“El imperialismo estadounidense amenaza a nuestro país con una pretensión colonial de apropiarse del petróleo que pertenece al pueblo venezolano”, sostuvo.
En la carta dirigida al presidente del Consejo de Seguridad, el Gobierno venezolano alertó que el anuncio del bloqueo incluye la posibilidad del uso de fuerza naval en el mar Caribe, lo que, a su entender, supone una grave alteración de la paz regional. Además, recordó que el bloqueo naval está tipificado como crimen de agresión en la resolución 3314 de la Asamblea General de la ONU.
La comunicación oficial también denunció que el pasado 10 de diciembre fuerzas militares estadounidenses interceptaron un buque que transportaba 1,9 millones de barriles de crudo venezolano y que los tripulantes permanecen desaparecidos, un hecho que ya había sido puesto en conocimiento del CSNU.
A ello se sumaron advertencias sobre intentos de imponer un bloqueo aéreo unilateral mediante acciones de guerra electrónica, con riesgos para la aviación civil internacional.
Caracas sostuvo que las acusaciones de terrorismo, narcotráfico o criminalidad contra el país han sido utilizadas como una “cortina de humo” para encubrir un plan de expoliación energética.
“La verdad ha quedado al descubierto: Estados Unidos pretende arrebatar la mayor reserva petrolera del mundo”, afirma el documento.
Ante este escenario, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió moderación y una desescalada inmediata de la situación. A través de su portavoz adjunto, Farhan Haq, señaló que sigue de cerca los acontecimientos y mantiene contactos con las partes involucradas, al tiempo que instó a respetar el derecho internacional y a resolver las diferencias por medios pacíficos.
Desde la ONU subrayaron que, si Venezuela formaliza el planteo, el asunto será evaluado por los miembros del Consejo de Seguridad y remarcaron la importancia de sostener los canales diplomáticos abiertos.
Mientras tanto, el Gobierno venezolano reiteró su pedido de que la denuncia sea distribuida como documento oficial del CSNU y aseguró que el país se mantiene “firme, unido y de pie” en defensa de su independencia, su dignidad y su derecho a decidir su propio destino.
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