Desde ayer, China vive uno de los eventos políticos más importantes para la definición de los ejes de gestión del país y, principalmente, quién será el responsable de tomar las riendas del gigante asiático. El domingo comenzó el XX Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) que fue inaugurado por su actual secretario general, Xi Jinping.
El secretario, y también presidente, llamó a la “unidad” de China y defendió los logros de su gestión en materia de lucha contra la pobreza, la corrupción y el coronavirus. “La unión hace la fuerza, y la victoria requiere unidad”, dijo Xi en el discurso de apertura.
El PCCh, que cuenta con 96 millones de afiliados, sesiona solo cada cinco años en Beijing para elegir al nuevo secretario general del partido, a su Comité Permanente y su Buró Político, además de evaluar su desempeño y trazar una hoja de ruta futura quinquenal.
Xi lleva dos mandatos como secretario general y podría marcar un precedente sin igual. Existe un consenso amplio en que el líder de 69 años sea nuevamente designado como secretario general, con miras a que sea reelegido presidente de China el año que viene. Ambas situaciones inéditas, y en consonancia con la reforma constitucional de 2018 que habilita la reelección indefinida.
En el Gran Palacio del Pueblo, frente a la plaza Tiananmen, y en transmisión directa para los 1.400 millones de chinos, el líder mencionó como mayores acontecimientos de la última década el centenario de la fundación del Partido, en julio de 2021, el ingreso en “el socialismo con peculiaridades china” y la “liberación de la pobreza y consiguiente culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada”.
“Frente a los bruscos cambios de la situación internacional, hemos mantenido la firmeza estratégica” , dijo ante millones de ciudadanos en referencia a la pandemia de coronavirus, que comenzó en la ciudad china de Wuhan. Al día de hoy China mantiene la política de “tolerancia cero” ante nuevos casos, con confinamientos masivos para evitar brotes.
También se refirió a las “turbulencias” en Hong Kong por las protestas antichinas y “las severas provocaciones manifestadas como intervenciones en los asuntos de Taiwán por parte de fuerzas extranjeras”, en referencia a Estados Unidos. De cara al futuro, Xi planteó fortalecer las políticas de seguridad nacional, soberanía tecnológica e independencia económica.
El Congreso durará hasta el 22 de octubre, fecha en la cual deberán acordar quién continuará en el mando, con quiénes y cómo lo harán.