Desde el interior cordobés, un equipo de jóvenes desarrollistas liderado por los hermanos Guillermo y Leandro Ammiraglia construye negocios inmobiliarios con dos premisas que convergen en el producto terminado: espacios para disfrutar y con una alta rentabilidad.
“Nos avala la experiencia de construir buenos negocios, pero sobre todo de crear vínculos permanentes que garantizan nuestro trabajo”, relata Leandro Ammiraglia desde sus oficinas ubicadas en Justiniano Posse, una localidad situada en el departamento Unión, al sudeste de la Provincia de Córdoba. Oriundos de allí y con una historia familiar ligada a la venta de insumos para la construcción, en el año 2010 los hermanos iniciaron el camino para convertirse en desarrollistas. Sus primeros edificios fueron levantados en Justiniano Posse, en donde hoy ya superan los 100 departamentos finalizados y entregados.
A partir de entonces, Ammiraglia comenzó su expansión en una plaza de máxima exposición: Villa Carlos Paz, en donde desarrolló los complejos Buenavista I y II, ya finalizados, y en donde ya puso en marcha Buenavista III y IV en desarrollo y con unidades disponibles para la venta.
En todos los casos y por su ubicación en la villa serrana, los consorcios Buenavista equilibran el descanso, la calidad, las vistas panorámicas y el disfrute de todo lo que brinda una ciudad. Los departamentos van desde los US$ 80.000 (de un dormitorio) hasta los US$ 160.000 (de tres dormitorios). Las unidades fortalecen la sensación de habitar espacios de viviendas particulares con el uso de materiales nobles, como el hormigón en los muros vistos y amplios ventanales. A la vez, se entregan con radiadores para calefacción centralizada e iluminación LED de última generación y mínimo consumo en áreas comunes, entre otras características que le aportan calidad. En síntesis, se trata de unidades vanguardistas, minimalistas y de consumo inteligente.
“Los proyectos que desarrollamos los pensamos a partir del confort y el disfrute del espacio, porque nuestros principales clientes, además de invertir buscan una segunda vivienda”, comenta Leandro. Esto es así porque el público objetivo de la firma son los productores agropecuarios de la pampa húmeda: “Desde Córdoba a Rosario, y desde Rafaela hasta Laboulaye. En ese manchón verde se ubican nuestros principales clientes”, grafica. Una razón por la cual ya está en proceso un proyecto con características similares en Villa General Belgrano, en el Valle de Calamuchita.
Al mismo tiempo, Ammiraglia desarrolla el Buenavista Mar, un edificio ubicado a una cuadra del mar, en la Parada 23 de Playa Brava, en Punta del Este, Uruguay, que conjuga playa y bosque en un mismo lugar. En este caso el avance de obra está en un 60% y su comercialización supera el 90% de venta, con unidades que arrancan en los US$ 160.000. “Este proyecto nos abrió las puertas al mercado de Buenos Aires”, explica el constructor cordobés.
Respecto al contexto actual en el cual la empresa debe afrontar sus emprendimientos, Leandro Ammiraglia confirma la idea de que en “escenarios complejos” es cuando más demanda hay en el rubro. “El inmueble sigue siendo un resguardo de valor. Entonces, cuando estás en un momento de aumento constante de precios, de inestabilidad e incertidumbre, lo que buscás es resguardar el capital. Y ante esa realidad el inmueble sigue siendo algo seguro”, expresa.