¡Agárrense de las Manes!

Por Pedro D. Allende

¡Agárrense de las Manes!

De Facundo Manes (médico, 53 años) se sabe cada vez más en Córdoba.

Dicen que hasta los 30 y pico se dedicó a estudiar, investigar y enseñar. Graduado en la UBA, se perfeccionó en EEUU e Inglaterra. De vuelta, siguió de cerca el “que se vayan todos”. Ente represiones, renuncias presidenciales y clubes del trueque, apostó por fundar un nuevo partido con antiguos radicales (su ideología matriz) y liberales.

Constituyó el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), que además desarrolló una potente fundación orientada a la docencia e investigación. Revistas especializadas, poderosas editoriales y medios propalaron sus contribuciones. En tanto, sus recurrentes visitas a plenarios o reuniones radicales de diversa índole le harían pronosticar a Ernesto Sanz (el mismo que acordó con Macri el acuerdo base de la coalición Cambiemos), que Manes desembocaría en la política.

En 2015 fue designado rector de la Universidad Favaloro. Un año después se incorporó como asesor estrella al equipo de María Eugenia Vidal. El ofrecimiento para integrar las listas legislativas cambiemistas no tardaría en llegar: en posiciones expectantes, pero de reparto.

Siempre dentro de la coalición amarilla, y cada vez más involucrado entre su dirigencia, dio el paso en 2021, a su estilo, encabezando un proyecto dentro la UCR.

Juntos podemos llegar

Mientras en la Docta se hacen cuentas todos los días por el goteo de la coparticipación y las eventuales variaciones devaluatorias, con impacto presupuestario y en los servicios de deuda, campea la tranquilidad por el rumbo político. “Schiaretti nunca vio otro escenario que el actual”, se hacen anchos en el Panal, más divertidos ante los ensayos-errores que acorralan al Frente de Todos (y al país), que afligidos por la crisis que multiplica pobres por minuto (también en Córdoba). “Lo de Manes va en serio”, repiten fuentes fidedignas, incluido el Palacio 6 de Julio y la Legislatura.

Amén de las apariciones públicas, el entendimiento parece profundo, contando con el monitoreo de Gerardo Morales, referente radical lejano al núcleo duro de Juntos por el Cambio (diferenciándose de correligionarios como Negri o el mendocino Cornejo).

Subyacen dos incógnitas. La primera: ¿Facundo-Juan o al revés? “Eso no importa por ahora” señalan los informados, apuntando a instalar una maniobra a dos bandas.

En Córdoba, la persistencia de este encuentro, sin impacto negativo en Hacemos por Córdoba, genera un torrente de suspicacias para aliados radicales, del Frente Cívico (Juez bramó públicamente) y el PRO local, muy dividido. En Buenos Aires enfrenta a los radicales convencidos por arriesgar con un proyecto más federal (donde hay tanto para ganar como para perder), versus los que empujan sus propios proyectos nacionales o quienes proponen la flotación junto a conservadores (como en 2019), para cobrar eventuales regalías.

Y allí aparece el segundo interrogante. Opositores nacionales diversos, entre ellos schiarettistas, radicales de diverso enfoque o referentes del PRO, descuentan que el Frente de Todos no continuará en el poder. Entonces, ¿la fórmula jugará dentro de Juntos por el Cambio, o por fuera de la coalición, al estilo del frente UNA, que animaron Sergio Massa y José Manuel de la Sota en 2019? Predomina la idea de hacerlo de este modo, para asegurar la irrupción en las PASO con una sola lista, o sumando partenaires a medida (¿Urtubey? ¿Morales?), más el crecimiento en la primera vuelta electoral. Quizá especular con un batacazo, ayudados por buenas operaciones políticas y una gradual instalación mediática (como pasó en el último finde con la visita del “Gringo” a la Rural).

Dicen también que otra opción de centro derecha, menos crispada que el actual pandemónium cambiemista y menos extrema que el titilante Milei, sería saludablemente recibida por el electorado nacional.

Pero este “cortarse solos” debilitaría, según otras campanas, a una fórmula que todavía no tiene encarnadura en los dos principales distritos del país. La cobertura dentro de Juntos por el Cambio, una coalición muy competitiva, haría más racional la variada oferta de ese esquema, empoderaría a todos sus participantes (ganen o pierdan) y promovería un futuro compromiso de gobierno compartido entre sus diferentes elementos.

En tanto, quienes aún gobiernan el país, aun admitiendo una derrota en 2023, niegan chances a Juan y Facundo: “Manes es uno más en Provincia, donde votan 12 millones de personas, casi 5 veces el padrón de Córdoba; a Schiaretti no lo registra ninguna encuesta”, afirma uno que seguirá en su despacho luego de los últimos cambios en el gabinete. Deja caer un dato: hace muy pocas semanas (ya había renunciado Guzmán), un barón del conurbano mojó el dedo y tanteó la brisa en su populoso terruño. Se sorprendió cuando CFK, por lejos, seguía siendo la dirigente con mejor intención de voto. “En el peor escenario, Axel, Cristina y Máximo se repliegan y los intendentes van a acatar, blindando la Provincia y dejando paso libre a Macri o Larreta”, asegura.

“No esperan a que haga frío/ Para empezar a buscar/
el calor de un buen amigo/ que les hable, que los quiera/ que una palabra sincera/ pueda las penas callar”, cantó (en 1985) el Puma Rodríguez. Un “hit” de aquellos. En el Panal varios se están aprendiendo la letra.

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