¿Con “q” o con “c”?

Por José Emilio Ortega

¿Con “q” o con “c”?

La RAE sugiere “Catar”, castellanizado, ya que la “q” trasplanta reglas ortográficas ajenas al idioma. ¿De dónde viene? Probablemente de la que fue su ciudad puerto, Zubara (hoy ruina de alto valor), y su transcripción en los mapas más antiguos.

Enclavado en el Oriente Medio, al oeste de Asia, Catar es un chichón occidental de la península de Arabia (su superficie de poco más de 11.000 kilómetros cuadrados es aproximadamente la mitad de Tucumán). Por razones étnicas, religiosas y culturales es parte del llamado “mundo árabe”. Limita con Arabia Saudita y mira al Golfo Pérsico con vecinos más cercanos o lejanos con los que en más de una ocasión se ha mostrado los dientes: los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Omán, Irak, Irán, etc.

Residen en Catar unos 2.6 millones de personas, siendo sólo 300.000 nativos del país, de los cuales el 98% son musulmanes suníes.

Su foja como estado soberano es reciente, pero el territorio posee una antiquísima historia. Inicialmente poblada por tribus nómades surgidas de la península arábiga, las primeras poblaciones en asentarse fueron de raíz cananea, como lo acredita Herodoto (siglo V a.c.). Catar es un desierto y sus pobladores buscaron en la costa fuentes de supervivencia: perlas y pesca. También el comercio marítimo hizo de ella una escala, probablemente secundaria, aunque muy transitada por piratas.

Desde el siglo VII musulmán, fue geopolíticamente un territorio de orden menor que experimentó constantes cambios en su control, con épocas de autonomía y una dominación portuguesa acotada en el tiempo. Cuando el negocio de las perlas alcanzó un volumen significativo (desde los siglos XVI y XVII), el interés del Imperio Otomano se hace más intenso, como también la participación del Imperio Británico en la zona. Para Estambul, Catar era una provincia en la que se llegó a instalar una modesta base militar. Para Londres, un protectorado cuyas costas debían ser custodiadas. En el medio, las familias cataríes ya poseían desde mediados del siglo XIX un liderazgo propio, los Al-Thani, que negociaban con ambos y con Baherin. En 1916, por un tratado, se formalizó el protectorado con Reino Unido. En la década de 1930 el negocio de las perlas se desplomó y hacia fines de ese decenio se descubrió petróleo. En 1961, Catar pasó a formar parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep). Hoy es la tercera reserva gasífera del mundo (el 14% del total global).

Hacia fines de la década de 1960, Reino Unido retiró sus protectorados. Catar formó parte brevemente de los Emiratos Árabes Unidos (1968-1971) hasta obtener su independencia. Sus reservas fueron nacionalizadas íntegramente en 1972.

Constitucionalmente es un emirato, forma monárquica absoluta típica del mundo árabe (actualmente sólo 4 países, los dos nombrados -donde los EAU fungen como una federación de monarquías-, Afganistán y Kuwait). Siempre bajo el poder de la familia Al Thani, registra dos golpes de estado sin violencia en 1972 y 1995. En 2013, asumió por abdicación de su padre Hamad el actual, Tamim ben Hamad Al Thani (42 años de edad).

Su carácter de monarquía absoluta determina que no haya una división de poderes. Catar posee un jefe de Estado, otro de gobierno (premier que coordina un consejo de ministros) y una asamblea consultiva de 45 miembros, 30 elegidos por voto popular y 15 por el emir (incluso las mujeres pueden votar) que puede proponer iniciativas gubernamentales y legislativas. Están prohibidos los partidos políticos y los gremios. Su sistema jurídico combina tradiciones árabes con institutos occidentales, siendo considerada en el balance entre las más liberales de la región.

Hacia su interior, está organizado en ocho jurisdicciones locales a las que denomina municipios.

Posee un PBI nominal de casi 200.000 millones de dólares y una renta per cápita de más de US$ 66.000, la más alta del mundo. Posee el sexto fondo de inversiones público más importante del planeta (335.000 millones de dólares, aplicado en bancos, fabricas de automóviles, estudios cinematográficos, real estate, cadenas de tiendas). Desarrolló una interesante estrategia de ‘branding’ (posicionamiento de marca país) y ‘soft power’: en 1993 constituyó las Aerolíneas Catar, con más de 170 destinos y una división Cargo que puede transportar 750.000 toneladas anuales. En 1996 fundó Al-Jazzera, la red de medios de mayor audiencia en el mundo árabe -270 millones de hogares- y la más requerida en Occidente por sus transmisiones permanentes en inglés. En 2005 fundó Qatar Sport Investiments, dueña del PSG de Lio Messi.

En 2010 logró la sede para el mundial de fútbol 2022, en una gestión sospechada de corrupción. Los montos invertidos en Catar para remodelar y desarrollar infraestructura para la Copa del Mundo podrían alcanzar los 200.000 millones de dólares (un PBI catarí). ONG como Amnesty Internacional denunciaron abusos cometidos en perjuicio de trabajadores inmigrantes: comisiones de hasta 4.300 dólares para conseguir empleos, hacinamiento y falta de higiene o seguridad, mentiras sobre el salario, retraso en el pago de los sueldos, imposibilidad de abandonar campamentos por no expedirse los permisos de residencia, retención ilegal de pasaportes, amenazas ante quejas o pedidos de ayuda, trabajo forzoso. Ante la presión internacional, Catar derogó el sistema de visas en 2016 y desde 2017 emprendió reformas laborales insuficientes para las ONG. The Guardian denunció 6.500 muertos en accidentes laborales verificados en obras de construcción (citado por CNN). Diversos medios hablan de 37.500 heridos por la misma causa.

Hechos que contrastan con su cercanía a Occidente, donde Tanim es visto como continuador de una monarquía moderada. Desde la década de 1990, Catar apoyó a Estados Unidos y participó en operaciones militares decididas en Occidente: la Guerra del Golfo (1990) contra Irak (antes la había apoyado en su guerra con Irán) o en la Invasión a Libia (2011).

El crecimiento catarí alarmó a Arabia Saudita. En 2017, con la adhesión de Emiratos Árabes Unidos y Bahrein bloqueó a Doha por presunto apoyo al terrorismo y afinidad con Irán. En 2021 las relaciones se restablecieron. El bloqueo hizo paradójicamente más prestigioso al emir Tanim, dentro del país y también en la región.

Catar, un país con claroscuros, en el que confluyen modernas realizaciones con atrasadas prácticas atávicas. Las planificaciones están previstas por la monarquía para varios lustros más. El costoso y promocionado Mundial de Fútbol, en ese decurso, es apenas una escala.

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