El pulso de la calle, lejos del microclima político
A medida que avanza el año electoral, el microclima de la política comienza a sobregirarse y pierde, muy a menudo, el contacto necesario para comprender dónde está verdaderamente puesta la atención de la ciudadanía. Esa «microsociología» que no aparece en las encuestas —y que a veces apenas asoma en los focusgroups— revela los trazos que la sociedad dibuja con sus preocupaciones y desvelos.
La lucha de las familias por llegar a fin de mes sin que se deteriore aún más la calidad de vida y el consumo que alguna vez conocieron es el gran tema silenciado. Los comerciantes, que a fines de 2023 y principios de 2024 se desvelaban por la inflación galopante, hoy viven una relativa calma: los precios se han estabilizado gracias a un dólar planchado, pero también a un consumo que no repunta, especialmente en supermercados y almacenes donde la crisis persiste.
Tampoco los asalariados han experimentado mejoras sustanciales, aunque un reciente índice del INDEC marque una leve recuperación de los ingresos. Sin embargo, al desmenuzar los datos, se advierte que buena parte de ese incremento proviene de más horas de trabajo (horas extras, pluriempleo y rebusques varios).
Parte de esa realidad se refleja en algunos sondeos de opinión, como el de la consultora Zubán Córdoba, donde se observa que el 53% de los encuestados no cree que Milei pueda resolver la crisis económica y un 68,5% considera que la devaluación impactó en los precios. En el terreno electoral, se percibe una consolidación del núcleo duro presidencial que no baja del 40%, aunque distante de los insólitos niveles de apoyo iniciales. Ese piso de apoyo, si bien significativo en medio de un ajuste inédito, también comienza a mostrarse inelástico ante eventuales aciertos del gobierno.
De Loredo: un liderazgo en suspenso
El diputado Rodrigo de Loredo posee una sorprendente virtud: logró construir una figura pública ganadora sin haber triunfado aún en postulaciones ejecutivas. No es un defecto irremediable —la carrera de José Manuel de la Sota es testimonio de ello—, pero marca un desafío a futuro.
Por ahora, De Loredo ganó tiempo y logró que el reclamo de internas impulsado por Mestre, Becerra y Fernando Montoya se diluyera hacia la judicialización, con tonos mucho más bajos de los inicialmente prometidos por sus opositores internos. Ironías de la política: quien exigía comicios internos contra Ramón Javier hoy busca evitarlos. Cambian los tiempos, cambian las posiciones de poder, pero no cambia la rosca permanente en el partido de Alem. Tampoco cambia que a los destinos de la UCR cordobesa sigan definiéndolos entre un puñado de familias de la capital.
El PRO cordobés: entre acuerdos fallidos y fugas silenciosas
En su última visita a Córdoba, Mauricio Macri aprovechó unos breves minutos entre los traslados de una reunión a otra para encargar una tarea a sus operadores locales: cerrar un acuerdo con De Loredo para que encabece una lista de Juntos por el Cambio en octubre. Además, agregó una condición: «el segundo y tercer puesto de la lista, para nosotros».
La misión parece improbable. El PRO local, intervenido, con Agost Carreño acercándose al cordobesismo, dividido entre sectores que buscan acuerdos con los libertarios —como Laura Rodríguez Machado— y otros directamente fugados hacia el oficialismo de Llaryora y Passerini, está lejos de su momento de esplendor.
Un ministro provincial lo resumió con crudeza: nunca hay que perder de vista a Macri, porque, aunque su partido luzca deshilachado, conserva un electorado fiel y, sobre todo, un poder de daño como pocos actores de la política nacional.
Schiaretti: ¿retorno al primer plano?
El exgobernador Juan Schiaretti reapareció en público durante la misa en la Catedral por el fallecimiento del Papa Francisco, aunque, fiel a su estilo, se mantuvo alejado de los micrófonos.
Su entorno había sostenido que no sería candidato en octubre y que se concentraría en armar su propuesta nacional reclutando dirigentes en las provincias. Sin embargo, en los últimos días comenzaron a deslizar que, tal vez, Schiaretti podría encabezar una boleta para la Cámara de Diputados.
¿Motivos? La caída de Milei en las encuestas -que lo vuelve menos invencible que hace un año- y la preocupación de que su prolongado silencio afecte su nivel de conocimiento e imagen pública. Después de todo, quien no aparece en el radar del ciudadano común corre el riesgo de quedar fuera del juego, incluso en el volátil microclima político argentino.
Si esta noticia te interesó, registrate a nuestro newsletter gratuito y recibí en tu correo los temas que más te importan. Es fácil y rápido, hacelo aquí: Registrarme.