Por Aline Costa
Especial para HDC.
La introducción de la Boleta Única de Papel (BUP) en las próximas elecciones nacionales implica modificaciones sustanciales en el sistema electoral argentino, marcando un antes y un después en el esquema de votación del país. Sin embargo, ¿estamos realmente preparados para implementar esta reforma electoral, o es una decisión apresurada que podría complicar más de lo que soluciona?
De acuerdo con el politólogo Facundo Cruz, hay dos puntos centrales a tener en cuenta para que este nuevo instrumento de votación no genere incertidumbre o desconfianza en la ciudadanía. En una entrevista con Hoy Día Córdoba, el investigador explicó que la primera cuestión es lograr un amplio consenso entre los partidos políticos. Es decir, que los propios actores políticos, quienes van a conformar la boleta única de papel, no planteen dudas sobre el mecanismo de votación. “Si en esos momentos en que se tienen que establecer acuerdos empieza a plantearse desconfianza y públicamente se manifiesta rechazo al instrumento de votación, eso va a ser una mala señal en términos de transmisión de la confianza a la ciudadanía”, indicó Cruz.
En segundo lugar, el politólogo sostiene que “logrados esos consensos, va a ser importante que haya una campaña de concientización y de capacitación muy fuerte de parte de las autoridades competentes”.
El punto principal de esta reforma es la eliminación de la actual papeleta partidaria para utilizar un único pliego que aglutine toda la oferta electoral nacional. Con la boleta única, el votante marca su decisión en los casilleros correspondientes a los partidos o frentes electorales para cada categoría. A su vez, Cruz asegura que la implementación de la nueva boleta tendrá repercusiones inmediatas en el sistema partidario: más personalización y fragmentación.
Por su lado, José Emilio Graglia, presidente del Consejo para la Planificación Estratégica de Córdoba (Copec), consideró en declaraciones a Hoy Día Córdoba que las ventajas de la BUP son incuestionables. “Esta decisión del Gobierno nacional y la ley es muy importante para la democracia representativa en Argentina. La BUP trae muchas ventajas que tienen que ver con la fiscalización de los comicios, no solamente el costo, sino el procedimiento”, afirmó. En esa línea, el jurista también resaltó que los partidos políticos tendrán que hacer un gran esfuerzo, porque se cambiará la forma de hacer campaña. “La dirigencia política tiene que estar a la altura del cambio”, advirtió.
Docencia ciudadana en la transición hacia la boleta única
Los especialistas consultados están de acuerdo en cuanto a la necesidad de enseñar sobre el uso de la BUP para que la ciudadanía llegue con el máximo conocimiento a la hora de la votación. Para que este nuevo instrumento funcione, Cruz considera que debe haber programas y procesos informativos de capacitación para los fiscales, las autoridades de mesa, los partidos políticos y para los ciudadanos.
En esa misma línea, el abogado y ex docente universitario Ricardo Del Barco destacó a este diario que “lo importante es una buena difusión de parte de la autoridad electoral y de los medios de comunicación”. El letrado recalcó que el sistema electoral que se aplica en cada elección debe ser explicado de la manera más sencilla a las personas. “Una ciudadanía bien informada es un requisito indispensable para que este sistema, y cualquier otro sistema electoral, funcione bien”, expresó.
Al respecto, Graglia subrayó la necesidad de hacer “docencia ciudadana” para que las personas sepan con qué se van a encontrar cuando vayan a votar y cómo ejercer ese derecho. En este sentido, el jurista prevé que las campañas de todos los partidos y candidatos se enfocarán en enseñar cómo votar, y la capacitación se intensificará recién en el momento de la contienda electoral.
En cuanto a nuestra provincia, Graglia consideró que la gran enseñanza de Córdoba fue la capacitación que se dio a partir de la sanción de la Boleta Única de Sufragio (BUS). El jurista recordó que en las primeras elecciones provinciales de 2011 donde se utilizó este instrumento los partidos instruyeron al electorado y le enseñaron cómo usar la boleta. Para Graglia, la Justicia Electoral y los diferentes frentes políticos deberían hacer lo mismo ahora, de cara a las elecciones nacionales.
El modelo de boleta se fue adaptando en términos de diseño y encontró consenso entre todos los partidos políticos. Sin embargo, uno de los interrogantes que abre la BUP es la cuestión del voto nulo, que ha tenido un gran salto en los últimos años. Según Cruz, este instrumento de votación sigue generando confusión en la ciudadanía y su adaptación en nuestra provincia fue compleja.
Tomando el caso de Mendoza y Córdoba, la implementación de la boleta única de papel arroja niveles altos de voto blanco y nulo por fuera de las tendencias históricas de las provincias. “Si nos apoyamos en esos ejemplos, posiblemente en las primeras elecciones nacionales con la boleta única de papel ocurra algo similar a nivel nacional”, estimó el politólogo. Entretanto, son necesarias varias elecciones para saber si el aumento de los votos nulo y en blanco son parte de cierto enojo con la política por parte de la ciudadanía, o bien si es consecuencia del diseño de la boleta.
En este marco, para la implementación de la BUP se requiere un esfuerzo integral, desde el consenso político hasta la docencia ciudadana. Aunque el camino no estará exento de retos, este nuevo instrumento de votación representa una oportunidad histórica para fortalecer el sistema electoral argentino y cambiar la dinámica política nacional.