Los Reyes Magos, vinieron de Oriente a Belén, siguiendo una estrella que los guiaba, para visitar al Niño Jesús. Por lo tanto, podemos considerar que fueron los primeros frutos de la fe.
En el Evangelio según Mateo se puede leer: “Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo.”
Ahora bien, como está de moda preguntarle de todo a la inteligencia artificial, y por si existen o no, al realizarla su respuesta fue la siguiente:
Los Reyes Magos son figuras bíblicas mencionadas en el Evangelio de Mateo. Según la tradición cristiana, los Reyes Magos fueron tres sabios o astrónomos que siguieron una estrella hasta Belén, donde encontraron al niño Jesús y le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra.
Aunque la historicidad de los Reyes Magos es objeto de debate entre los historiadores y los biblistas, se cree que pueden haber existido personas que inspiraron la leyenda. Algunos posibles candidatos incluyen a magos de la antigua Persia, o a sabios de la corte del rey Nabonido del Imperio Neobabilónico.
En cuanto a la existencia de los Reyes Magos como figuras históricas, no hay pruebas concluyentes que demuestren su existencia. Sin embargo, la leyenda de los Reyes Magos ha tenido un impacto significativo en la cultura y la tradición cristiana, y sigue siendo una parte importante de la celebración de la Epifanía en muchos países del mundo.
Los primeros frutos de la fe
Ya dejando de lado la inteligencia artificial, volvamos a las raíces tradicionales, que son las que nos deben enorgullecer.
Los distintos Papas también se han referido a ellos como sabios, que se adelantaron a lo que estaba llegando y fueron a su encuentro, porque sabían el verdadero significado para la humanidad.
El Papa León XIII, en 1890, subraya que estos sabios son llamados “los primeros frutos de nuestra vocación y de nuestra fe”. El Papa Pío X, en 1903 en las felicitaciones navideñas de la Curia Romana, describe la escena de la Natividad y, sobre la llegada de los Reyes Magos, afirmaba que “la cabaña de Belén es una escuela”.
Para finalizar, el Papa Francisco el 6 de enero de 2017, indicó que ellos “tenían el corazón abierto al horizonte y pudieron ver lo que el cielo mostraba porque había en ellos un deseo que los impulsaba: estaban abiertos a una novedad”. Y expresan “el retrato del hombre creyente, del hombre que anhela a Dios; de los que echan de menos su hogar, su patria celestial”.
Francisco lo logra explicar perfectamente: Los Reyes Magos reflejan la imagen “de todos los hombres que en su vida no han dejado anestesiar su corazón”.