Sr. Director:
Me gustaría contestar un artículo escrito por Eduardo Ingaramo a comienzos de mayo, titulado ¿Sabemos cuáles son nuestros propósitos? Dicha columna la leímos en la clase de Literatura con la profesora Fabiana Ceballos. Nos dio como consigna escribir sobre cuál era nuestro propósito en un texto argumentativo, y quisiera contestar al columnista y compartir con los lectores del diario mi reflexión.
Durante años el ser humano se ha preguntado cuál es el propósito de su propia existencia. A lo largo de la historia, la filosofía intentó averiguar esta respuesta.
Personalmente esta respuesta la descubrí por varias razones que me dio la vida y que en momentos de soledad me tomé el trabajo de filosofar sobre ello. Así descubrí que: la tristeza o golpes que la vida me dio fueron más bien lecciones que me sirvieron para afrontar el futuro.
Pero, ¿cuál es el propósito en la vida? Así, me contesté a mí mismo: “Ser la alegría de alguien”, ya sea un familiar, un amigo o conocido; y, si logro mi sueño, que alguien se sienta conmovido con mi música y letras, sería magnífico.
Actualmente estoy enfocado en hacer felices tanto a familiares como amigos, siendo ese rayo de luz en momentos de oscuridad, de sacar una sonrisa en momentos de decaimiento.
Pero, ¿a qué me lleva querer ser la alegría de alguien?, preguntarán.
Se debe a la empatía que tengo, y que luego de haber tocado fondo, no me gusta ver triste a las personas que me rodean.
Es lo que siento. Quiero sacar ciertos pensamientos de la cabeza de las personas que aprecio, logrando –aunque más no sea de a ratos- que se olviden de la realidad y comiencen a buscarle la vuelta, porque como dijo un día mi papá: “Si la vida se pone difícil es porque sí tiene solución. No hay que preocuparse. Si no tiene solución, tampoco hay que preocuparse ya que no se puede hacer nada para cambiarlo”.
Esta filosofía de vida me hizo abrir los ojos.
Aunque me queda mucho por vivir, ya tengo en mente qué quiero lograr.
Arias Leandro Germán, estudiante de 3°B del CENMA, Parque Liceo 2°sección.