La reunión, que duró alrededor de una hora y cuarto, tuvo lugar el lunes pasado en el departamento de la senadora y líder de Unidad Ciudadana en el barrio porteño de Recoleta, según se conoció ayer por la tarde, cuando la fotografía comenzó a circular en las redes sociales.
Fuentes cercanas a Solá dejaron trascender a la prensa porteña que se trata de la cuarta reunión que el presidente del interbloque de diputados de Red por Argentina mantiene con Cristina Kirchner, pero ésta es la primera que se resolvió hacerla pública y visible.
«Le pedí a Cristina una reunión porque es la dirigente de la oposición con mayor peso político electoral y necesitamos decirle a la sociedad cuál es la agenda de la unidad», expresó Solá en su cuenta de Twitter.
«Le manifesté a Cristina la obligación de ser amplios en la convocatoria y extender los márgenes. Hay que priorizar los desafíos del futuro y no las diferencias del pasado», resaltó Solá, uno de los anotados como precandidatos presidenciales del peronismo.
Al igual que varios dirigentes del peronismo con aspiraciones presidenciales, Solá se encuentra a la espera un pronunciamiento de la ex jefa de Estado para ratificar o declinar su propia candidatura.
A través de un comunicado que difundió a propósito de su cónclave con Cristina Kirchner, el diputado peronista volvió a hacer un llamado a la unidad y argumentó que «para que en octubre vuelvan a ganar el pueblo, los trabajadores y la clase media no hay lugar para egos ni mezquindades personales».
La última vez que los dos dirigentes se habían mostrado en público había sido en 2007, cuando Solá era gobernador y Cristina Kirchner, candidata a presidenta. Tras un distanciamiento entre ambos, el diálogo se retomó a finales de 2018, poco tiempo después de que Solá se decidiera a romper filas con el massismo para conformar un interbloque propio con otros desertores del Frente Renovador, legisladores del Movimiento Evita y la diputada Victoria Donda.
En un giro de lo que había sido su política en los últimos años de su mandato, Cristina Kirchner salió del aislamiento y retomó contactos con muchos dirigentes que habían abandonado el redil kirchnerista, e incluso con otros que nunca habían formado parte de la experiencia del Frente para la Victoria.
Además de Solá, recuperó al ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, a quien incorporó a su mesa chica, se acercó al camionero Hugo Moyano, trabó una alianza con Juan Grabois, tejió vínculos a través de terceros con Victoria Donda y Fernando «Pino» Solanas, y selló la unidad con muchos gobernadores peronistas con los que había estado distanciada.
El plan de Cristina Kirchner es no dividir al peronismo en la mayoría de las provincias para restarle posibilidades de victoria a Cambiemos (aunque eso signifique relegar a La Cámpora y otras fuerzas del riñón), y engrosar lo más posible el frente opositor de cara a las elecciones presidenciales de octubre.