Unos 493.760 neuquinos y 3.688 extranjeros deberán ir este domingo a las urnas para elegir un nuevo gobierno provincial entre varias opciones y dos que llegan como favoritas, en un domingo que terminará sin que el presidente Mauricio Macri pueda celebrar el resultado.
Se trata de la primera gran contienda electoral del año en el que habrá al menos quince domingos de elecciones. Si bien en La Pampa ya hubo primarias en febrero, Neuquén es la primera provincia en celebrar un comicio general del que surgirá un nuevo gobierno.
El actual gobernador Omar Gutiérrez compite por su reelección en representación del Movimiento Popular Neuquino (MPN), espacio que gobierna la provincia patagónica de forma ininterrumpida desde 1961.
En la vereda de enfrente habrá ocho contrincantes, aunque según las encuestas preliminares sólo uno de ellos llega con chances reales de disputarle la gobernación a Gutiérrez, quien si bien se mostró cercano a Macri en los últimos meses, no forma parte de Cambiemos.
Ese contrincante con chances es Ramón Rioseco, ex intendente de la ciudad de Cutral Co que entre septiembre y diciembre logró generar la unidad del peronismo en la provincia y conformar la coalición Unidad Ciudadana-Frente Neuquino.
También competirá el actual intendente de la ciudad de Neuquén, Horacio “Pechi” Quiroga. Este postulante compite con el sello de Cambiemos y fue apoyado por Macri en enero cuando el presidente estaba de vacaciones en Villa La Angostura, Río Negro.
Las encuestas que maneja el Gobierno neuquino indican que Gutiérrez tiene una intención de votos del 31%, sacándole una diferencia de 7 puntos a Rioseco y de más al resto. En el espacio kirchnerista, en cambio, hablan de empate técnico en 35 puntos.
En la Casa Rosada, en tanto, tienen sondeos que dan cuenta de una diferencia de cuatro puntos que en las últimas horas se redujo a dos. Por ello, el temor de que gane Rioseco está instalado en el seno del Poder Ejecutivo Nacional.
En ese contexto, el propio Sobisch reveló en la semana que desde la Casa Rosada le ofrecieron ir como embajador a Chile si aceptaba bajarse de la carrera electoral, como para no quitarle votos a Gutiérrez.
Como no hay balotaje bastará con un voto de diferencia para que un postulante sea electo. Y a partir de allí se abrirá un extenso proceso de traspaso de mando que terminará recién el 10 de diciembre con la asunción del nuevo mandatario.
Cerca de Macri saben que Quiroga no tiene chances de imponerse este domingo, y por ello apuestan a que triunfe Gutiérrez, un gobernador con el que mantienen excelente y estrecho diálogo, después de su colaboración para la llegada de inversiones a Vaca Muerta.
Quiroga acusó recibo del mensaje de la Rosada y en los últimos siete días de campaña eliminó la palabra “Cambiemos” y los colores de la coalición que lidera Macri de todos los afiches que sus equipos desplegaron en la provincia.
Gutiérrez no es propio, pero tampoco disgusta a Macri. Fue clave en la negociación que llevó adelante Cambiemos a fines de 2016 con los sindicatos de trabajadores petroleros que dio lugar al acuerdo de flexibilización de las condiciones laborales para promover inversiones.
Vaca Muerta constituye la roca generadora de hidrocarburos líquidos y gaseosos más prolífica de la Argentina y gran parte del mundo, y podría aportarle al país 30.000 millones de dólares –lo mismo que el agro- en 2030.
Actualmente, a poco del inicio de la intensificación de su explotación, Vaca Muerta ya aporta el 25% del petróleo que consume la Argentina y el 53% del gas, con exportaciones a punto de comenzar.
En este escenario Macri apuesta a que triunfe Gutiérrez, no sólo por la buena relación sino por que no gane Rioseco, un candidato al que Cristina Kirchner le hizo un spot de campaña en el último mes para apoyarlo abiertamente. Cambiemos no quiere un victoria kirchnerista en plena crispación por los malos resultados del programa económico.