Gerónimo Ustarroz, uno de los enviados del presidente electo, Alberto Fernández, a Bolivia para incorporarse al equipo de la Organización de Estados Americanos (OEA) que estaba realizando la auditoría sobre las elecciones en ese país, le respondió ayer al secretario general del organismo, Luis Almagro, que lo denunció de ser “espía”. “Acusarnos de espías es una locura.
Nos fuimos de Bolivia sin respuestas”, dijo Ustarroz en declaraciones al matutino La Nación, y mostró los comprobantes de que fue invitado por el organismo internacional. Junto a Santiago Eguren, Ustarroz estaba realizando la auditoría sobre las elecciones pero nunca lograron acceder a la información por la falta de colaboración de los integrantes de la OEA. Consultado sobre porqué Almagro los acusó de delatores, el apoderado del Frente de Todos consideró que a las autoridades del organismo “los sobrepasó los efectos y la realidad en Bolivia”.
“Ellos sacaron el informe anticipadamente y desencadenó una locura con muertos en las calles. No decimos que el informe que presentaron sea falso, sino que no aplicaron metodológicamente las herramientas que tenían que realizar”, advirtió Ustarroz. “Es llamativo que diga que éramos espías cuando ellos nos contactaron. Tengo los Whastapp, mails y los cheques con los que nos pagaron”, agregó.
En relación al gobierno de facto que se instaló en Bolivia tras la renuncia forzada de Morales, el vicepresidente depuesto del país vecino, Álvaro García Linera, destacó las gestiones de Fernández para su asilo en México. En una entrevista a medios argentinos, García Linera no dudó en señalar el domingo último que “sin la intervención de Alberto Fernández y de (el presidente mexicano Andrés Manuel) López Obrador, Evo estaría muerto”.
Horas antes, se había vuelto a manifestar sobre el grave conflicto el propio Fernández. “El gobierno de facto que usurpó el poder en Bolivia, ha liberado a las Fuerzas Armadas para que actúen sin tener que responder por sus crímenes. Crece el número de muertos. El Gobierno argentino calla. La OEA avala”, escribió en su cuenta de Twitter y reclamó la intervención de Michelle Bachelet, en su carácter de Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. El mensaje del mandatario electo ocurrió luego que tomara estado público que la autoproclamada presidenta boliviana, Jeanine Áñez, emitió un decreto que dio vía libre a los agentes de las fuerzas para emplear “todos los medios disponibles” en la represión, a la vez que liberó a los efectivos de toda responsabilidad penal en su accionar.