Alberto Fernández adelantó que enviará al Congreso «una ley que termine con la penalización del aborto» y advirtió que se trata «de un tema que debemos resolver desde la salud pública», al responder preguntas de estudiantes del Instituto de Estudios Políticos de París, donde ayer brindó una conferencia magistral como parte de su gira por Europa.
«En la Argentina el aborto es un delito. Es un extraño delito en los que casi nunca se condena a ninguna mujer por aborto, pero sabemos que existe», sostuvo el jefe de Estado.
Además, remarcó que «el problema es que en Argentina todo aborto es clandestino». En ese sentido, manifestó que «el problema es más agudo si la clase social es más baja. Si es pobre, toda su vida corre peligro».
Fernández expresó asimismo que la mujer que interrumpe el embarazo «si es de clase alta, seguro será en condiciones de asepsia adecuado y su salud estará garantizada», pero advirtió que «si estamos en presencia de una mujer sin recursos, su vida estará en riesgo».
El jefe de Estado expresó que «hay quien siente que si legalizamos, es obligatorio» y aclaró a continuación: «No es obligatorio para nadie, es un tema que debemos resolver desde la salud pública, porque no podemos poner en riesgo la vida de la mujer que decide abortar».
«No vivo en paz con mi conciencia sabiendo que una mujer tal vez necesita practicarse un aborto, no tiene las condiciones económicas para pagarlo y termina en manos de un curandero que con una aguja la termina lastimando y a veces matando», destacó.
En ese marco, el Presidente anunció: «Voy a mandar una ley que termine con la penalización del aborto y permita la atención de cualquier aborto en los centros de salud pública», tras lo cual fue ovacionado por el auditorio y las personas que seguían la conferencia desde una galería en el piso superior.
Por otra parte, expresó que la «discusión del aborto es parte de una discusión hipócrita» y comparó el debate sobre la interrupción legal de embarazo con el que se dio en el país antes de la sanción del divorcio vincular, en junio de 1987.
«Yo era chiquito, mi mamá era divorciada, vivía con Carlos, era divorciado. Nunca se pudieron casar. Mi mamá estaba atormentada. Me decía estoy casada vía México. Para la ley argentina no servía», contó.
El jefe de Estado recordó que el fallecido ex presidente (Raúl) «Alfonsín propuso legalizar el divorcio vincular y permitir un segundo matrimonio. Fue un debate insufrible» y relató, entonces: «Mi mamá y Carlos se casaron y los tres hijos fuimos testigos del matrimonio». «Y yo me pregunté para qué discutimos veinte años eso», concluyó.