Los coletazos judiciales y políticos por el crimen del adolescente Valentino Blas Correas por parte de efectivos de la Policía de Córdoba continúan a la orden del día. Tras el descabezamiento a la cúpula de la Dirección General de Seguridad Capital, que por primera vez en la historia quedó en manos de una mujer, la comisaria mayor Liliana Zárate Belletti, las novedades llegaron en la víspera por dos vías paralelas. Por un lado, el fiscal a cargo de la causa, José Mana, dio a conocer un resonante avance en el caso ya que decidió imputar a dos comisarios inspectores y un subcomisario, a la vez que ordenó la detención de otros dos uniformados e imputó a uno más por haber agredido al amigo del joven asesinado, que conducía el auto. De tal modo, ya suman nueve los policías imputados, cinco de los cuales permanecen presos.
Casi en simultáneo a esta decisión judicial, el jefe de la Policía, comisario general Gustavo Vélez, decidió romper el silencio y anunció que asumirá un compromiso definitivo e inclaudicable con la investigación del hecho hasta su total esclarecimiento, con el propósito de restaurar la confianza de la sociedad” en la institución que preside. Ocurre que a la presión social por el caso Blas, la fuerza sumó en las últimas horas otros sucesos preocupantes como consecuencia de que un policía fue detenido al ser acusado de vender drogas en Cruz del Eje, mientras que en Alta Gracia otro agente quedó preso por el presunto homicidio por la espalda a un sospechoso que estaba desarmado.
Frente a este escenario de creciente desconfianza por parte de la ciudadanía, la máxima autoridad de la Policía provincial confirmó que el avance de la investigación judicial tendiente al esclarecimiento de la dolorosa y lamentable muerte de Blas Correas, tiene seriamente implicados a funcionarios policiales de distintas jerarquías, desde suboficiales hasta oficiales jefes que revistan en la institución”. Ante ello, en mi condición de Jefe de Policía de la provincia de Córdoba, además de la consternación que me embarga, me demanda asumir un compromiso definitivo e inclaudicable con la investigación del hecho hasta su total esclarecimiento, y la rigurosa aplicación de la ley, sin contemplaciones ni atenuantes, ante nada ni ante nadie, con el propósito de restaurar la confianza de la sociedad en su Policía y llevar sosiego a la familia de Blas”, señaló Vélez a través de un comunicado en el que pareció salir al cruce de las fuertes versiones que dan cuenta que sería el próximo fusible al que recurriría el gobernador Juan Schiaretti para descomprimir el malestar social.
En el escrito, agregó que es de público conocimiento, además, que se investiga judicialmente la instalación fraudulenta y delictiva de un arma en el lugar del hecho, con la intención de desviar la investigación; esta acción aberrante denigra a la Policía como institución democrática y fundamentalmente lesiona la honra y la dignidad de miles de policías que cumplen cotidianamente con su deber de servir a la comunidad, honrando el uniforme de nuestra Institución”. Este difícil momento, me impone el deber funcional y moral de dedicar cada día de mi gestión, no sólo al esclarecimiento de este conmovedor hecho, sino a esclarecer y desterrar para siempre acciones de esta naturaleza, que no por aisladas dejan de ser gravísimas e intolerables para el Estado de derecho”, expresó el mandamás de la fuerza. Por último, Vélez reiteró su pesar más profundo por el dolor causado a las familias involucradas, lo hago en mi condición de Jefe de Policía, ciudadano de mi provincia y padre de familia”.