Por primera vez en la historia, las iglesias de Córdoba tienen su propio “DNI espiritual”. El gobernador Martín Llaryora entregó este martes las primeras 21 Personerías Jurídicas Religiosas de la provincia, un acto calificado como “bisagra” por los propios líderes religiosos tras más de 40 años de gestiones.
“Ahora tienen la legislación y por eso firmamos de una vez por todas este reglamento que les permite ejercer con libertad su credo”, afirmó Llaryora en la Sala de Situación del Centro Cívico, ante representantes de las comunidades beneficiadas.
Hasta hoy, las iglesias y confesiones debían inscribirse como ONG, asociaciones civiles o fundaciones para existir legalmente. “Ni siquiera podían pedir que se reconociera como propósito enseñar la palabra de Dios”, recordó el mandatario. “Hoy esto abre otras puertas, las puertas del trabajo institucional con el Estado. Tienen, como digo yo, su DNI”.
Un cambio histórico con impacto real
La nueva herramienta, reglamentada por el Decreto 176/2025, es pionera en el país y deriva de la Ley Nacional 21.745. Agiliza trámites clave: inscripción, rúbrica de libros, gestión patrimonial y administración interna bajo los propios estatutos de cada comunidad.
“La política pública que diseñó nuestro gobernador hoy se concreta”, celebró el secretario de Relaciones con la Comunidad y Culto, Mariano Almada.
“Amurallar de fe” contra las adicciones
En su discurso, Llaryora fue más allá del marco legal y destacó el rol social estratégico de las iglesias. Las vinculó directamente a la lucha contra el narcotráfico y la contención familiar.
“Cuando digo que hay que ‘amurallar de fe’, saben que tengo una lucha frontal contra el narcotráfico. En la unidad de la familia, ustedes son también un escudo de contención, como los fiscales o los policías”, afirmó.
El mensaje fue claro: el Estado busca un aliado activo en el territorio. “Inviten a los demás a sumarse. Sin el DNI, sin la personería, se vuelve muy difícil para intendentes y para el Gobierno canalizar acciones y trabajar juntos”, convocó.
El Estado y la fe, ahora socios
El ministro de Vinculación y Gestión Institucional, Miguel Siciliano, puso el acento en este nuevo pacto de colaboración.
“La iglesia no solo ora: contiene, escucha, ayuda y está presente en el territorio. Cuando el Estado se hace socio de esas instituciones, logra dar respuestas concretas a la gente”, aseguró.









