El Directorio Ejecutivo del FMI publicó ayer las conclusiones de su investigación interna sobre el préstamo de 57.000 millones de dólares que le otorgó al gobierno de Mauricio Macri, en una evaluación muy crítica que aseveró que “la estrategia y la condicionalidad” del acuerdo “no eran lo suficientemente sólidas”.
“El programa de 2018 con Argentina no cumplió los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal externa”, concluyó el FMI, que enfatizó que “la estrategia económica de Macri fue demasiado frágil”.
Entre otras cosas, el análisis concluyó que el Gobierno de Cambiemos debió interponer controles de capitales para evitar la fuga de divisas; así como también que debió poner en práctica una reestructuración que pensara en un acuerdo posible para saldar la deuda.
Al mismo tiempo, sugiere que el plan de hacer un ajuste de la economía para controlar la inflación no resultó. “La estrategia y la condicionalidad del acuerdo (…) no eran lo suficientemente sólidas para abordar los problemas estructurales profundamente arraigados de Argentina”, asevera el texto, que destaca que el programa “no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa y propiciar el crecimiento económico”.
La reflexión de Guzmán tras la difusión del informe
El ministro de Economía, Martín Guzmán, destacó la importancia de la evaluación que hizo el Fondo sobre el crédito extraordinario que otorgó entre 2018 y 2019 al país. Además, señaló que el FMI entendió que «se debería haber entendido mejor el fenómeno inflacionario en la Argentina y que no se podía pensar que sólo con la política monetaria y al tasa de interés se podía resolver» como propuso el gobierno del por entonces presidente Mauricio Macri.
«El FMI reconoció que la plata se utilizó para pagar deuda insostenible a acreedores privados, que era un salvataje a acreedores que habían entrado a hacer una apuesta en 2016, y que se utilizó para financiar la formación de activos externos», afirmó Guzmán en una entrevista con C5N en la que apuntó que «alrededor de US$ 21.000 millones se destinaron para pagar una deuda insostenible y US$ 24.000 millones para generar activos externos».
Por otra parte dijo que la evaluación demuestra que «el Fondo está mostrando un mayor entendimiento, planteando que hay que atacar las múltiples causas de la inflación y que también tienen un rol los acuerdos de precios».
«La evaluación dijo que debería haber habido una reestructuración de deuda y medidas para regular la salida de capitales, es decir, controles de capitales antes para que no pase lo que efectivamente pasó», afirmó Guzmán.
Entre otros aspectos que se apuntaron en el documento publicado esta tarde, el Directorio del FMI, que integran representantes de las principales potencias económicas del mundo, reconoció que hubo pronósticos demasiado optimistas, que hubo una inconsistencia en el programa para abordar los profundos problemas estructurales de Argentina y que el préstamo generó riesgos financieros y de reputación considerables para el Fondo.
Aún así, el propio comunicado deja expreso que existen diferencias entre algunos de los directores -sin especificar a qué países representan- sobre la evaluación del crédito y los errores que se cometieron en su diseño e implementación.
Sobre este punto Guzmán dijo que es claro que «hay un conjunto amplio de países que están de acuerdo que acá hay algo que fracasó abruptamente pero que hay alguno que no son tan autocríticos».
«Lo de hoy ayuda, no es suficiente, pero es un paso adelante», dijo el ministro, más allá de que consideró que tendría que contener más «autocrítica».
Sobre el futuro programa, que será de Facilidades Extendidas y con un plazo de 10 años de extensión, dijo: «Lo único que vamos a firmar -aseguró- es un acuerdo que en el corto plazo nos ayude a ir despejando el horizonte financiero e ir construyendo más certidumbres, pero tranquilizar la economía argentina y curar las heridas que se hizo con el endeudamiento que tomó Juntos por el Cambio en moneda extranjera va a llevar no menos de una década».
Respecto al diseño de ese nuevo programa dijo que se está trabajando para conseguir los apoyos entre distintos países en el mundo para reducir las sobretasas de interés que pesan sobre la Argentina que le insumen una carga de unos US$ 1.000 millones al año.
«Hacen falta más apoyos en foros internacionales para que esas sobretasas puedan modificarse y seguimos trabajando para ello. El mundo es difícil y es un mundo al que nos han dejado expuesto Juntos por el Cambio», afirmó.
Sin embargo, aunque se alcance un acuerdo de Facilidades Extendidas -que implicaría empezar a pagar capital recién en 2026- el problema del enorme peso de la deuda «sigue ahí» ya que, por ejemplo, «habría que pagar más de 20.000 millones de dólares en 2028», lo que equivale a casi el doble del superávit comercial de 2021.
«Esto muestra que los pagos del FMI tienen una concentración tal que vamos a tener que seguir dando pasos, por eso incluimos una cláusula en la cual si en el futuro el FMI cuenta con un tipo de préstamos mejor que se pueda pagar en más años que nos permitan trasladar parte de la deuda argentina a un nuevo programa y poder distribuir estos pagos en el tiempo», dijo el ministro.