Sin resultados para mostrar en el campo diplomático, el Gobierno presentó una denuncia penal contra el ex embajador argentino en Venezuela, Oscar Laborde, por el delito de “traición a la Patria” por interceder ante Venezuela por el caso del gendarme Nahuel Gallo. La acusación, presentada por el Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich, sostiene que Laborde habría actuado “en contra de los intereses nacionales” al intervenir de manera “no autorizada” en el caso.
“La actuación de Laborde, lejos de contribuir a resolver la situación, validó sin fundamento alguno las acusaciones del régimen venezolano y menoscabó los intereses nacionales. Estas acciones no solo representan una deslealtad al Estado argentino, sino que, al intentar justificar actos de desaparición forzada, se enmarcan en conductas que contravienen los principios de justicia y derechos humanos que nuestro gobierno defiende”, indicó la denuncia, que asegura que el ex diplomático le hizo hecho llegar una carta de su familia al gendarme, en coordinación con las autoridades chavistas.
“Su obrar solo tiene por objeto colaborar con el régimen que detuvo ilegalmente al gendarme Gallo, presentando como ´humanitario´ a un gobierno dictatorial”, amplió en su denuncia. “Tratan de ocultar y cambiar el eje la discusión”, respondió Laborde, quien explicó que la única intervención que tuvo fue para entregarle a Gallo una carta que le enviaba su madre.
“En vez de solucionar lo que tienen que solucionar el Gobierno y la Gendarmería, tratan de ocultar, cambiar el eje de la discusión y proyectar sobre mí, con el tema de un agente de otro país, cuestiones personales de Bullrich”, agregó Laborde, quien destacó que la madre de Nahuel “me pidió si le podía hacer llegar, en la fecha de Navidad, una carta a su hijo. El tema me lo trajo (Juan) Grabois. Ella estuvo muy agradecida de que hayamos tenido esa acción”.
“Argentina no había hecho nada sobre el tema. Todavía no tenemos un abogado para que atienda el caso. Recién ayer parece que Brasil se enteró del tema. Yo no me metí. Le hice llegar una carta de la madre al gendarme”, concluyó. “Laborde solo respondió a un pedido mío”, agregó por su parte Grabois, quien indicó que “Gallo es mi compatriota: garantizar su derecho a defensa, intervenir por su bienestar y procurar su regreso al país es un deber para cualquiera que pueda ayudar”, a la vez que consideró “imperioso que el gendarme cuente inmediatamente con representación jurídica, es decir que el Estado Argentino designe un abogado”.