El gobierno nacional salió a sentar una tibia posición en relación a los polémicos comicios en Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega resultó reelecto para un cuarto mandato consecutivo con los principales candidatos de la oposición detenidos.
A través de la Cancillería, Argentina reclamó “respeto a los derechos humanos de toda la población” en ese país de América Central pero ratificó su “principio de no injerencia” en los asuntos internos de otras naciones al sostener que la democracia “supone respetar la diversidad ideológica y la participación cívica sin proscripciones”.
Ya el lunes, tras los polémicos comicios, Argentina había pedido que Nicaragua “recupere cuanto antes el diálogo y la convivencia democrática” y volvió a manifestar su “preocupación” por la detención de dirigentes opositores, ante lo cual reclamó “el respeto de los derechos humanos de toda la población” de esa nación.
En una serie de mensajes en Twitter, Cancillería agregó ayer que “la República Argentina ratifica su histórico compromiso con la defensa de los Derechos Humanos y apoya con firmeza el trabajo de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, respecto de la situación en Nicaragua”; a la vez que enfatizó que “debemos acompañar al pueblo de Nicaragua para que cuanto antes recupere el diálogo y la convivencia democrática”.
Vale recordar que la ex presidenta chilena había dicho ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que “resulta imperativo que el gobierno” de Nicaragua “vuelva a garantizar el pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos de todas las y los nicaragüenses; que cese la persecución contra la oposición, la prensa y la sociedad civil”.
Sin embargo, el posicionamiento resultó insuficiente para la oposición, que instó al Gobierno “a sumarse a la comunidad internacional en su repudio” a los comicios nicaragüenses. En un comunicado, Juntos por el Cambio (JxC) rechazó “categóricamente el resultado de las elecciones realizadas en Nicaragua” y afirmó que “se trató de una parodia ilegítima y antidemocrática, sin condiciones ni garantías mínimas para ser consideradas elecciones transparentes, creíbles, independientes, libres, justas e inclusivas”.
“Su único objetivo fue silenciar la voluntad del pueblo nicaragüense y perpetuar en el poder a los dictadores Ortega y Murillo”, denunció la alianza opositora, que aseveró que “por nuestra historia y nuestros valores, jamás avalaremos a una dictadura”, e instó al gobierno nacional “a apoyar de forma determinante la aplicación de los artículos 20 y 21 de la Carta Democrática Interamericana”.
Críticas de Human Rights Watch a la posición argentina
El director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, salió a cuestionar duramente ayer el posicionamiento de la Cancillería argentina sobre los comicios de Nicaragua al calificarlo de “disparate”.
“Les ‘preocupan’ las detenciones pero no se pronuncian sobre las elecciones por tratarse de ‘cuestiones internas’”, ironizó Vivanco en Twitter, donde consideró que para la Argentina “las elecciones y la detención de candidatos presidenciales son dos cosas distintas”.
Vivanco calificó de “farsa” a las elecciones del domingo en Nicaragua y advirtió que desde fines de mayo el régimen de Daniel Ortega “detuvo y procesó arbitrariamente a 39 críticos del Gobierno, la mayoría de ellos por ‘traición a la patria’”.
Además, aseveró que las elecciones se hicieron “sin observadores internacionales” y destacó que “el régimen no permitió que entren periodistas internacionales al país”.