La Central General del Trabajo (CGT) espera un paro general contundente contra el gobierno de Javier Milei para este jueves 9 de mayo, ya que los anticipos indican que no habrá colectivos ni trenes, lo que garantiza la contundencia de la medida.
“No se va a mover ni una hoja”, prometieron desde la cúpula de la central obrera, que no teme a las amenazas del Gobierno sobre posibles sanciones a los gremios, como tampoco al protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
El dato más relevante es que, tras la adhesión de los gremios ferroviarios y los metrodelegados la semana pasada, la cúpula cegetista activó las conversaciones con el titular de la Unión del Transporte Automotor (UTA), Roberto Fernández, para que también se sume al paro.
La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) ya anticipó ayer su adhesión.
El fracaso de la reunión con el Gobierno el último viernes por el aumento salarial de los choferes de colectivos habría forzado definición de Fernández.
Así tanto la UTA como los maquinistas de La Fraternidad, alejados en los últimos tiempos de la CGT, oficializarán en las próximas horas su participación en la huelga, según anticipó Clarín. “Si no para la UTA, pararán los choferes. Será un paro contundente”, dijo por lo pronto Pablo Moyano, miembro del triunvirato, quien argumentó: “Preguntale a un chofer si está conforme con este Gobierno”.