El presidente argentino, Alberto Fernández, manifestó ayer su “total adhesión al gobierno elegido democráticamente por los brasileños que encabeza el presidente” Luiz Inácio Lula da Silva ante el intento de golpe de Estado que se desarrolló en la víspera en el país vecino (más información en página 2). A través de su cuenta de Twitter, Fernández escribió: “Quienes intentan desoír la voluntad de las mayorías, atentan contra la democracia y merecen no solo la sanción legal que corresponda, sino también el rechazo absoluto de la comunidad internacional”.
En un extenso hilo de su perfil en esa red social, el mandatario argentino prosiguió: “Como presidente de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y del Mercosur pongo en alerta a los países miembros para que nos unamos en esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil”. Luego, en declaraciones a la prensa brasileña, el mandatario argentino afirmó que “los que se levantaron contra la democracia y los que financiaron” ese movimiento en Brasilia “deben ser castigados”. Y ejemplificó: “Lo hemos vivido en Argentina con los responsables de la última dictadura y más recientemente en Bolivia con la presidenta de facto Jeanine Áñez”.
A su tiempo, la vicepresidenta Cristina Kirchner sostuvo que las imágenes de los intentos golpistas en Brasilia “replican con exactitud” las del seis de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos y que ello “no es casual”, e instó a hacer un análisis “profundo y descarnado” sobre el avance de las “nuevas derechas”.
De manera más escueta, el ministro de Economía, Sergio Massa, repudió “enérgicamente” “los actos de violencia y el asalto a las instituciones democráticas en Brasil” y manifestó su “solidaridad para con el gobierno y el pueblo brasileños”. Hizo lo propio el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, quien rechazó “los actos de violencia institucional que se están llevando adelante en Brasilia contra los tres poderes” y respaldó al líder petista para “restablecer el orden democrático” en ese país.
La magnitud del accionar de los simpatizantes bolsonaristas generó las reacciones de dirigentes políticos de diferentes procedencias, no sólo del oficialismo. Por caso, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, expresó su “profunda preocupación por el asalto a las instituciones de la democracia en Brasil” y se solidarizó con Lula.
En tanto, el senador nacional radical Martín Lousteau expresó su “repudio absoluto al ataque a las instituciones de Brasil”. Y el diputado nacional radical Mario Negri dijo: “Expreso mi absoluto repudio al asalto violento de las instituciones en Brasilia”. “¡Espero que prevalezca el orden y la democracia en todo Brasil!”, enfatizó. Por la noche, el ex presidente Mauricio Macri se sumó a las muestras de solidaridad con el presidente Lula y repudió “los hechos violentos” que pusieron “en peligro la paz y la estabilidad democrática del país”.