El alineamiento del diputado nacional Rodrigo de Loredo y el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, afianza su poderío con la ratificación del apoyo de siete de los 11 núcleos internos de cara a las elecciones en el radicalismo cordobés. Sin embargo, el referente radical se enfrenta a fuegos internos a sofocar.
Por un lado, el posicionamiento de la Unión Cívica Radical ante el presidente Javier Milei y el gobernador Martín LLaryora impacta hacia el interior del partido. Por otro lado, la escisión de la legisladora Graciela Bisotto expuso otra interna. En ese marco, el secretario de Cooperación Institucional del Ministerio de Gobierno, el radical desafiliado Orlando Arduh, aseguró que “Marcos Ferrer es muy posible que sea presidente de la UCR y ahí me voy a volver a afiliar”.
Arduh, ex jefe de campaña de las candidaturas provinciales de Juntos por el Cambio, considera a Ferrer “un dirigente importante” y le sugirió, en caso de ser electo, “que lleve al radicalismo por el buen camino, con un poco más de protagonismo que hoy no tiene y con algo más de apertura como tiene el gobierno de Llaryora”. Con respecto a la UCR Capital, el armado opositor de Ramón Mestre busca enfrentar la avanzada deloredista de quedarse con todo.
El ex Intendente ostenta un escaño como delegado nacional y comanda el Comité Capital. Mientras que el resto de los votos está en manos del diputado que cuenta con la conducción virtual en la cúpula, mayoría en el congreso partidario y el liderazgo en los brazos parlamentarios y en el Foro de Intendentes. En tanto, sobre la variable Llaryora, no hay margen de duda. El rechazo es prácticamente unánime, salvo por algún foco interno que se enrola en la movida de Myrian Prunotto y su alineamiento con el líder del PJ.