El ex ministro de Finanzas de la Provincia, José María Las Heras, destacó ayer el alcance y el momento del mensaje vertido por el papa Francisco, quien en contraposición al discurso de libre mercado que pregona el presidente Javier Milei, evocó el rol central que tiene el Estado para lograr la «redistribución» y «la justicia social» en un mundo donde hay «pocos ricos cada vez más poderosos y millones de pobres negados y descartados». Asimismo, el sumo pontífice recordó que para ejercer el poder «no alcanza con la legitimidad de origen», sino que «el ejercicio debe ser legítimo».
Sobre el particular, Las Heras dijo en declaraciones a HOY DÍA CÓRDOBA que con esta postura el papa Francisco “jugó la Dama, y en el momento preciso: justo antes del día en que el presidente Milei debe abrir las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación”.
“¿Por qué la Dama? Por Mariana Mazzucato, anglo italiana, su economista preferida. Una mujer brillante, una académica que revoluciona el pensamiento económico y lo liga a los intereses del poder”, rescató el ex funcionario. Al respecto, Las Heras rememoró que “uno de sus libros, en las currículas universitarias del mundo, es precisamente `El Estado emprendedor´, es rupturista, va contra la concepción liberal clásica y la ortodoxia keynesiana. De lo bueno, de todo un poco, y ese es el mensaje del papa”.
Qué dijo el Papa
Durante un mensaje que envió a los miembros del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (Copaju) en el contexto de la inauguración de la nueva sede en Buenos Aires, y de la primera sub sede del Instituto para la investigación y promoción de los Derechos Sociales “Fray Bartolomé de las Casas”, el sumo pontífice consideró que el Poder Judicial «es el último recurso disponible en el Estado para remediar las vulneraciones de derechos y preservar el equilibrio institucional y social”.
Y actualmente, siguió el papa Francisco, a apenas dos semanas de su reunión con Milei en el Vaticano, «vivimos épocas de intensa injusticia: pocos ricos cada vez más poderosos y millones de pobres negados y descartados».
«No hay futuro, no hay desarrollo, no hay justicia ni democracia en un mundo en donde millones de niños comen diariamente sólo los desechos de aquellos que sí consumen”, advirtió el pontífice, al recordar que “los derechos sociales no son gratuitos» y que «la riqueza para sostenerlos está disponible, pero requiere de decisiones políticas adecuadas, racionales y equitativas”.
En ese marco, puso en duda el modelo anti-Estado que defiende Milei, sin nombrarlo. «El Estado, hoy más importante que nunca, está llamado a ejercer ese papel central de redistribución y justicia social. Las normas, queridos jueces, ya han sido dictadas. Rigen. El problema, es su vigencia efectiva, su concreción. Y es ahí donde empieza vuestro papel», remarcó.
El «dios Mercado» y «la diosa Ganancia», continuó el pontífice, «son falsas deidades que nos conducen a la deshumanización y a la destrucción del planeta». La historia, aseguró, lo ha demostrado en muchas y «muy tristes» oportunidades. «Son Moloch, devorando a las generaciones recién nacidas», ejemplificó.