El economista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Martín Burgos, sostuvo en diálogo con Télam que «las obras publicas son centrales para la dinámica económica del país, porque mejoran las conexiones, la accesibilidad, la infraestructura, y generan competitividad sistémica».
«Éstas no tienen una rentabilidad fácilmente medible porque los que circulan en una ruta no siempre lo hacen para un negocio y los que lo hacen por negocio no queda claro el costo que eso representa, y esa es la razón por la cual lo suele hacer el Estado y se cobra un peaje», contempló Burgos.
En este sentido, recalcó que «es muy probable que el privado no pueda hacer esas obras y en todo caso deberían planificarse en el marco de un plan integral para evitar superposiciones».
«El financiamiento de largo plazo para obras que duran mucho tiempo es clave, y casi siempre recae en el Estado o en bancos estatales, con lo cual es inevitable el apoyo estatal», enfatizó.
Por su parte, el economista y director de EPyCA Consultores, Martín Kalos, afirmó que «pensar la obra pública solamente como inversión privada es un problema» porque «hay obra que no haría nunca el sector privado porque no tiene ganancia necesariamente pero a nivel social sí».
«Puede ser un bien público cuyo beneficio no puede monopolizarse ni captarse plenamente y una vez que se lo das a alguien se lo estás dando a todo el mundo», argumentó.
En declaraciones a TN, Milei ratificó que «el Estado tiene que honrar sus compromisos, eso quiere decir que va a pagar la deuda, con ajuste sobre las partidas del Estado, por ejemplo, en obra pública».
Al respecto, indicó que «van a tener que ser hechas por iniciativas privadas» y las obras públicas que ya están comenzadas serán licitadas nuevamente «para que las haga en sector privado».
En el caso de que no haya interesados, «se paralizarán pues significa que no tenían sentido económico», completó el mandatario electo.
El área de Obra Pública integrará a partir del próximo 10 de diciembre el futuro Ministerio de Infraestructura, confirmó esta semana Guillermo Ferraro, designado por el mandatario electo para estar al frente de esa cartera, que además abarcará las áreas de Transporte, Energía, Minería y Telecomunicaciones.
Ferraro anticipó que el ministerio tendrá «un enfoque de economía de cross service (servicios cruzados) y al mismo tiempo un eje que une a todas estas temáticas, que es la inversión en infraestructura».
«El Estado tiene que reducir su participación en la economía para dar espacio al sector privado, con lo cual es un ministerio que tiene estas áreas pero básicamente va a dar la orientación y los lineamientos y la declaración de interés para nosotros y la Nación de aquellos proyectos que involucran estas áreas», sostuvo en declaraciones a Radio Mitre.
En este sentido, el designado ministro remarcó: «Vamos a tratar de orientar, estimular e incentivar al sector privado para su inversión».
Asimismo, evaluó que «el país tiene un atraso de más de 20 años en infraestructura y la inversión que hay que hacer para poner en valor la infraestructura del sistema y la nueva es tan importante en términos del PBI, 15 puntos anuales, imposible soportarla desde el sector público con el presupuesto público».
«Hay una enorme oportunidad en Argentina para invertir para el sector privado y creemos que tiene que haber un gobierno creíble y voluntad asociativa con el sector privado de mostrar por donde pasan las orientaciones, las futuras inversiones y los negocios», completó Ferraro, ratificando así el modelo «a la chilena», derivando los trabajos de infraestructura a manos privadas.
Sobre esto, Burgos puntualizó: «Chile es un país más chico que Argentina y aquí hay más necesidad de obras de rutas, entre otras, que hace más dificultoso conseguir que lo hagan los privados».
«La propuesta (del gobierno electo) es muy similar a los PPP (participación público privada) que se dieron en el gobierno de Mauricio Macri y no funcionaron porque se quedaron sin financiamiento y las obras de largo plazo en general dependen de fondos públicos para funcionar», completó.
Consultado sobre qué significa «privatizar» la obra pública, el economista de Flacso proyectó que «se harán las obras mas rentables, dejando las otras de lado, criterio que puede ser complicado para las provincias ya que la inversión podría concentrarse en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba».
Asimismo, disintió con el «atraso» de obra pública manifestado por Ferraro, al afirmar que «se hicieron muchas obras en los últimos 20 años, más incluso que durante los años 90, desde autopistas nuevas hasta el gasoducto Presidente Néstor Kirchner».
«La obra que se haga nunca es suficiente, pero lo que no hace el Estado es difícil pensar que lo haga el privado, que por definición duda más antes de hacer una inversión», señaló Burgos.
Según datos oficiales del Ministerio de Obras Públicas actual, desde el inicio de la gestión, en 2019, se concluyeron 4.434 obras públicas en las 24 jurisdicciones del país, en las cuales se invirtieron $728.605 millones, lo que significa en promedio tres obras terminadas por día.
Del total de obras finalizadas, 1.151 son de Conectividad e Infraestructura Vial; 1.762 de Gestión Integrada del Recurso Hídrico; y 1.521 de Infraestructura Urbana, Rural y del Cuidado.
«Estas intervenciones forman parte de la cartera vigente del Ministerio que al iniciar la gestión «contaba con 300 obras y el 70% de éstas estaban paralizadas», recalcó el área hoy a cargo de Gabriel Katopodis.
Asimismo, precisó que «actualmente cuenta con 7.265 en total: 2.308 en ejecución y las 523 restantes en circuito», así como «615 proyectos en proceso de evaluación y aprobación».