El intendente Martín Llaryora y el vicegobernador Manuel Calvo mantuvieron días atrás una extensa reunión a solas en el Palacio 6 de Julio para discutir la sucesión del peronismo cordobés. El titular del Poder Legislativo mantiene su aspiración de suceder al actual mandatario, Juan Schiaretti, aunque desde hace un tiempo algunos dirigentes sostienen que la idea de seguir los pasos de Llaryora no le desagrada.
“La ciudad de Córdoba tiene el octavo presupuesto del país. Recibe más recursos que muchas provincias, más que el 50% del país, incluso”, reveló un dirigente que conoce de cerca el vínculo entre el Vicegobernador y el Intendente. Mensaje que apunta además a la interna del peronismo, porque, así como Llaryora será el presidente del PJ en Córdoba Capital, Calvo será el segundo detrás de Schiaretti en la provincia, reveló ayer en un informe el periodista Gabriel Silva.
Y en un tercer lugar quedará la diputada nacional, Natalia de la Sota. Según trascendió, a la ex legisladora provincial no la seduce la Capital y aspira a disputar un lugar en la pelea provincial, acaso en la fórmula a la gobernación. Detrás de esta primera línea, hay otros actores que esperan su momento. Uno es el viceintendente, Daniel Passerini, que viene haciendo todo el cursus honorum para suceder a Llaryora.
Como segunda autoridad del municipio tiene el manejo total del Concejo Deliberante, controla el bloque, dialoga con la oposición, arrastra experiencia en el Ejecutivo provincial, y también fue intendente en el interior y tiene un pasado como legislador. De cuna delasotista, supo tejer un buen vínculo con Llaryora y le sacó una ventaja a los que pelean por la sucesión dentro de la gestión.