El presidente Javier Milei protagonizó un insólito escándalo el fin de semana cuando se conoció que, en medio del fuerte ajuste que practica su gestión y del congelamiento de los salarios frente al aumento de la inflación, dispuso un incremento del 48% de los sueldos que cobran el personal jerárquico del Poder Ejecutivo, incluidos presidente, vice y sus ministros.
La noticia se viralizó rápidamente por las redes sociales, generando indignación no sólo entre usuarios comunes o dirigentes de la oposición, sino también entre los legisladores del Congreso de la Nación, a quienes el propio Presidente había salido a denostar horas antes por haberse aumentado los sueldos un 30% (ver Villarruel…). Ante la viralización de la noticia, Milei salió a culpar a la vicepresidenta Cristina Kirchner por lo que llamó un “aumento automático” generado por un decreto suyo de hace 14 años. “Me acaban de informar que producto de un decreto firmado por la ex presidenta Cristina Kirchner en el año 2010, que establecía que los cargos políticos siempre debían cobrar más que los empleados de la administración pública, se otorgó un aumento automático a la planta política de este Gobierno”, escribió Milei en X, donde anunció que “obviamente vamos a derogar ese decreto y retrotraer cualquier aumento que la planta política haya percibido”.
El problema es que rápidamente se conoció que el aumento del 48% de los salarios jerárquicos había sido dispuesto por un decreto suyo (206/24), que el propio Milei firmó el 28 de febrero junto con su jefe de gabinete, Nicolás Posse y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. La noticia habilitó una réplica de Fernández de Kirchner, quien salió a contestar que “resulta que se descubre que usted y sus funcionarios se aumentaron el sueldo un 48%, ¿y no se le ocurre mejor excusa que echarme la culpa a mí, por un decreto que firmé hace 14 años? Mejor ni le digo a quién me hace acordar con esto de echarle la culpa a una mujer”, añadió en una referencia elíptica tanto a Mauricio Macri como a Alberto Fernández. Luego, señaló que Mile busca “pelearse conmigo mientras pulveriza las jubilaciones y los salarios de los argentinos y de las argentinas también. Admita que firmó, cobró y lo pescaron”, completó.
La diputada y economista Julia Strada (UxP) expuso luego la falacia presidencial al recordar que en enero pasado, por el decreto 90/24, Milei “dejó afuera (de los aumentos) a las autoridades superiores”, de lo que incluso se jactó el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. “Un mes después usted se incluyó a sí mismo en el aumento”, resaltó Strada, quien recalcó que “si pretendía ser coherente con su electorado sólo tenía que firmar lo mismo que en enero”.
Sin embargo, pese a la evidencia del furcio, Milei salió nuevamente a atacar a la ex presidenta desde X, donde aseveró que “ya que la vi tan preocupada por las jubilaciones ¿qué le parece si le anulo los $ 14.000.000 que cobra usted de jubilación de privilegio y le asigno una jubilación mínima?”. “Hoy por la mañana pude leer el posteo que me dedicó… ¡A las 0:30 de la madrugada! ¿Qué hacía Presidente a esa hora amenazando por redes? (…). Cálmese Presidente, en ese lugar que usted hoy tiene el honor de ocupar, hay que tener templanza y sobre todo estar tranquilo y descansar en los horarios habituales que lo hace la gente”, le respondió ayer Cristina.
Villarruel no dió marcha atrás con las subas
Tras el revuelo que generó la semana pasada el aumento del 30% en las dietas de los legisladores, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, firmó una resolución para retrotraer las dietas de los diputados y senadores. Y giró la resolución para que también la acompañase su par del Senado, Victoria Villarruel. Pero la Vicepresidenta no la firmó ni lo hará, según indicaron ayer fuentes oficiales. Detrás de la resistencia de Villarruel hay varias internas: por un lado, hablan de una intromisión del Poder Ejecutivo por el reclamo del presidente Javier Milei en el Poder Legislativo -que encima quedó desacreditado por haberse aumentado el sueldo un 48% (ver principal)-, por el otro insisten en la pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los senadores. Pero lo principal es que congelar el sueldo de los senadores generaría un terremoto en la Cámara alta, donde el oficialismo tiene una enorme debilidad, con apenas 8 senadores propios.