En los últimos días hemos aprendido que el Coronavirus se expande mucho más rápido de lo que creíamos y que, si bien no ha aparecido la vacuna ni la medicación que nos permita tratarlo, hoy la prevención se ha convertido en la medida más eficaz para detener su avance.
Diariamente nos llegan miles de consultas de pacientes con miedo, a veces pánico. Sin embargo, no nos cansamos de decir que esto no nos lleva a ningún lado. Como profesionales de la salud, nos encontramos con el desafío diario de luchar contra esta enfermedad, pero también con el de comunicar información veraz, basada en la evidencia disponible al momento. La enorme cantidad de noticias falsas que circulan por todos lados no hace más que generar pánico y desinformación.
Hay mucho más para estar tranquilos que preocupados. Algunas cifras permiten demostrarlo: de 100 personas que adquieren el virus, el 80% presenta síntomas leves, el 20% pueden ser casos graves y solo el 6% es crítico.
Recordemos que el peor día del coronavirus fue el 10 de febrero de 2020 cuando en China se murieron 108 personas. El mismo día, en todo el mundo, murieron 26.000 personas por cáncer, 24.000 por enfermedad cardiovascular, casi 4.500 por diabetes y 2.700 a causa de las enfermedades producidas por el mosquito.
El mayor riesgo lo presentan las personas mayores de 65 años, fundamentalmente con enfermedades preexistentes (obesidad, hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardíacas y pulmonares). La letalidad en ellos es significativamente mayor con respecto al resto de la población.
Sin embargo, es importante estar tranquilos pero alertas, y seguir las recomendaciones emitidas por el Ministerio de Salud de la Nación. Intensificar las medidas de cuidado y prevención en los adultos mayores y los pacientes cardíacos, que son más sensibles al virus, ha demostrado ser una de las medidas más eficaces para detener su impacto.
Fundamentalmente, seguir la recomendación del aislamiento social, esto es: minimizar las actividades con público, el contacto con personas con síntomas respiratorios y con aquellas que hayan llegado de áreas de circulación por 14 días, aunque estén asintomáticas. Es importantísimo evitar la congregación y tener especial cuidado en los geriátricos: evitar que las personas que tengan síntomas vayan a visitarlos, más aún si han venido del exterior.
Por otra parte, y aprovechando que comienza la temporada de vacunación antigripal, es importante promover la vacunación antigripal en las personas que lo tienen indicado, en este caso mayores de 65 años, entre otros.
En este momento la responsabilidad individual es clave. Quedarnos en casa y seguir implementando las medidas de higiene habituales es la mejor manera de cuidarse y cuidar a los demás:
• Lavarse las manos con frecuencia y hacerlo adecuadamente.
• Al toser o estornudar, hacerlo en el pliegue del codo.
• Airear los ambientes.
• Limpiar las superficies.
• Acudir precozmente al sistema de salud en caso de presentar síntomas.
Como ciudadanos tenemos que ser solidarios. Si vos no te cuidás, podés contagiar. Pero, si todos tomamos las medidas de prevención informadas y nos vacunamos, la probabilidad de enfermarnos es mucho menor.
Como médicos tenemos un enorme desafío por delante. Vamos aprendiendo a medida que pasan los días y aparecen las publicaciones en revistas científicas serias. El mapa de la situación cambia constantemente. Tenemos que estar preparados y ponernos en movimiento.
Fuente: Télam