La propagación del virus generó la resolución de establecer la cuarentena obligatoria para todos los argentinos, como ocurre en decenas de países del globo. Esta situación inédita rompen la continuidad de los lazos organizadores en la vida cotidiana de los niños y los adultos” y reactiva el propio desvalimiento constitutivo, es decir, puede producir crisis, regresiones y angustias aumentadas que requieren de creatividad, recursos simbólicos y afectivos para paliar los posibles efectos traumáticos. Así lo señala la doctora Clara Raznoszczyk Schejtman, profesora regular de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien asegura que cuánto más estable es el sostén familiar y el contexto social, mayores recursos tendrá cada sujeto para transitar tales adversidades.
En medio de este contexto de aislamiento social, la psicóloga propone una serie de recomendaciones para atravesar la cuarentena entre padres e hijos con el objetivo de mantener la calma y la paciencia. Además, subraya que la familia debe comprender a los niños porque cada edad tiene sus necesidades y su aprehensión”, y serán ellos mismos, los que marquen a los adultos la cuota de realidad” que pueden absorber. La familia deberá ponerse en el lugar de sus hijos para también comprenderlos, ya que los niños procesan la realidad a partir de sus propios esquemas mentales y a través del juego.
Según grafica la experta, algunos asocian esta pandemia con películas o cuentos de ficción. Es así, que se deberá alentarlos a escribir sus propios cuentos y dibujos para que desplieguen ideas que permitan de alguna manera recrear sus miedos. De esta manera, negarán el riesgo mientras sientan que los adultos los están cuidando y se están haciendo cargo de tomar las medidas para preservar a la familia. Otras de las actividades que sugiere Raznoszczyk Schejtman es efectuar actividad física por medio de tutoriales o juegos. Esa descarga física es también psíquica y ayudará a los más chicos a moverse un poco.
Una de las situaciones que causa estrés en los niños es realizar las tareas escolares, sobre todo, aquellas que no logran comprender. Las escuelas están enviando tareas a cumplir, algunas demasiado exigentes, que generan estrés en los padres que no son maestros y tienen dificultad en orientar a los niños, por ejemplo, en matemáticas”, describe la docente de la UBA. Ante este escenario, los padres tendrán que encontrar modos más relajados de cumplir las rutinas sin aumentar el malestar ya existente. Un aspecto clave es detectar las fortalezas y debilidades de cada niño y niña y acompañarlos con el fin de generar nuevos estímulos y aprendizajes.
La recomendación general de los expertos es limitar el uso de pantallas a niños pequeños. Sin embargo, en este tiempo, es necesario que las usen para mantener contacto con familiares, como así también, con otros niños. Las videollamadas son clave para que conversen con sus amigos, para que cuenten sus experiencias. La tecnología será útil para brindar estímulos a través de juegos en red y películas. Igualmente, para los padres es necesario que liberen sus angustias. Deben mantener la relación con otros adultos fuera de los convivientes e intercambiar sentimientos, ansiedades, temores y reflexionar acerca de su propio agobio. Puesto que si transmiten a los niños sus propios malestares, perderán su lugar de referentes de protección y guía.
A su vez, Raznoszczyk Schejtman advierte que si bien este aislamiento es una oportunidad de encuentros y descubrimientos de nuestros niños y niñas”, este no es, ni por lejos, un momento para idealizar. Se producirán momentos de desazón, enojo, irritabilidad, desregulación y necesidad de descarga tanto física como emocional en niños y en padres”, describe. Por ello, destaca como una oportunidad los encuentros y descubrimientos de los propios niños: El rol de los padres es imprescindible para conectarse con ellos y buscar nuevos intereses”, concluye.