El uso de estas células en la medicina ha crecido notablemente en los últimos años y se estima que se utilizaron para el tratamiento de más de 84 tipos de enfermedades, entre ellas la esclerosis múltiple, una de las más comunes del sistema nervioso central.
Las células madre mesenquimales se encuentran disponibles en diferentes tejidos del cuerpo, como el cordón umbilical, motivo por el cual se volvió tan requerida la guarda del mismo de los recién nacidos.
«Las células madre mesenquimales del cordón umbilical se vienen estudiando hace muchos años, por eso cada vez se encuentra más evidencia científica respecto de los beneficios en pacientes con diferentes patologías», dijo firmó Claudio Dufour, director médico de BioCells, institución dedicada exclusivamente al aislamiento y almacenamiento criogénico de células madres desde hace más de 15 años. En el caso de pacientes con esclerosis múltiple, «en la última década se ha llegado a la conclusión de que el trasplante de células madre es un tratamiento muy prometedor para revertir el daño neurológico y para prevenir complicaciones derivadas», afirmó.
En las personas con esclerosis múltiple, el propio sistema inmunitario ataca y daña la vaina de mielina que recubre los axones del cerebro y la médula espinal, y como consecuencia los nervios pueden deteriorarse.
De acuerdo al estudio piloto realizado por la Cleveland Clinic, el trasplante autólogo de células madre es factible, seguro y bien tolerado por los pacientes con esclerosis múltiple recurrente-remitente y esclerosis múltiple secundaria progresiva.
Además, diversos ensayos clínicos demostraron que las células mesenquimales pueden revertir el daño causado al sistema nervioso y así mejorar los síntomas de la enfermedad. Esto se debería a que estas células producen proteínas que colaboran en el crecimiento y supervivencia de las neuronas, al igual que factores angiogénicos esenciales para la curación, crecimiento y desarrollo de los vasos sanguíneos, y sustancias inmunomoduladoras capaces de revertir el daño.
Uso terapéutico de las células
El auge del uso terapéutico de las células madre mesenquimales se debe a que las mismas actúan de forma protectora frenando los procesos inflamatorios. Además, no tienen la problemática asociada a la necesidad de compatibilidad, como sí ocurre con las células madre de la sangre.
Se trata de células inmunoprivilegiadas, lo que las convierte en un tipo de célula ventajosa para el trasplante alogénico, ya que reducen tanto los riesgos de rechazo como las complicaciones de un trasplante.
En comparación con otros tipos de células madre, las mesenquimales presentan algunos beneficios adicionales: no son consideradas «controvertidas» y evitan cuestiones éticas (como en el caso de las células madre embrionarias), ya que pueden derivarse de fuentes como médula ósea del adulto, tejido adiposo y el tejido del cordón umbilical.
Otro diferencial importante es que pueden formar una variedad de células en el laboratorio como: grasa, hueso, piel, nervio, cartílago, músculo, tendones, estroma de la médula ósea, ligamentos y más. Además, pueden tomar ADN exógeno y mantener genes introducidos, un atributo que permite el uso de estas células para dirigir moléculas a ciertas regiones del cuerpo con propósitos terapéuticos.
«Los avances en materia de investigación siempre motivan el desarrollo de nuevos ensayos y estudios para profundizar sobre los resultados alcanzados. Se genera un movimiento que resulta beneficioso para la medicina porque promueve el saber teórico que luego se representa en mejores y más posibilidades para los pacientes», agregó Dufour.