Con la llegada del otoño, las temperaturas comienzan a descender y el ambiente se vuelve más seco, creando condiciones ideales para la proliferación de alérgenos. Durante esta estación, el aumento de la humedad en espacios cerrados, la acumulación de hojas en descomposición y el uso frecuente de calefacción favorecen la presencia de ácaros, moho y polvo. Estos factores pueden desencadenar reacciones alérgicas en muchas personas, especialmente en aquellas con antecedentes de alergias respiratorias. Además, la menor ventilación en los hogares y oficinas propicia la acumulación de partículas que afectan la calidad del aire.
“Los síntomas de las alergias en otoño pueden ser similares a los de un resfriado. Los más frecuentes incluyen congestión nasal, estornudos, picazón en los ojos, lagrimeo constante y dificultad para respirar. En algunos casos, estas reacciones pueden derivar en complicaciones como rinitis, bronquitis o asma, empeorando en personas con el sistema inmunológico deprimido. Además, la exposición prolongada a los alérgenos puede generar fatiga y afectar el rendimiento diario, tanto en el trabajo como en el estudio.” señaló Laura Bustos, especialista en inmunología de Boreal Salud (M.P 1983).
Para reducir el riesgo a padecerlas, se recomienda tener en cuenta estos consejos:
- Evitar la exposición al polen y al moho: mantener las ventanas cerradas en días ventosos y usar un purificador de aire con filtro HEPA en casa.
- Limpiar con frecuencia: aspirar alfombras, cortinas y colchones para reducir la acumulación de polvo y ácaros. Lavar la ropa de cama al menos una vez a la semana con agua caliente.
- Medir la humedad de la casa: usar un deshumidificador para mantener la humedad por debajo del 50% y evitar la proliferación de moho. También se aconseja ventilar ambientes durante el día para reducir la acumulación de humedad.
- Tomar una ducha después de estar al aire libre: esto ayuda a eliminar el polen y las esporas que puedan haberse adherido a la piel y el cabello.
- Evitar secar la ropa al aire libre: el polen y otras partículas pueden adherirse a la ropa tendida en el exterior, así que es mejor secarla en interiores o en secadora.
- Utilizar anteojos de sol y mascarilla: en días con alta concentración de polen, los anteojos de sol pueden proteger los ojos y una mascarilla filtrante puede reducir la inhalación de alérgenos.
- Recurrir a tratamientos médicos: siempre que sea bajo el control de un profesional de la salud los tratamientos de inmunoterapia hiposensibilizante para alergia crónicas de síntomas anuales son una opción recomendable para combatir los síntomas.
“Existen diversas opciones de medicamentos orales y spray nasales para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida durante el otoño. Los antihistamínicos pueden ser eficaces para reducir la congestión y la picazón, mientras que los descongestivos ayudan a aliviar la presión en los senos nasales, siempre y cuando sean prescritos por el médico de cabecera. También es importante mantener una buena hidratación, consumir alimentos ricos en vitamina C y evitar cambios bruscos de temperatura. El tratamiento adecuado dependerá del grado de la alergia y de la evaluación de un profesional de la salud.” agregaron desde Boreal Salud.
A pesar de las alergias estacionales, el otoño sigue siendo una estación ideal para disfrutar de actividades al aire libre y momentos de relajación. Prestar atención a los síntomas y tomar medidas preventivas permite reducir el impacto de las alergias sin renunciar al placer de esta época del año. Con hábitos de limpieza adecuados, el uso de tratamientos oportunos y una alimentación equilibrada, es posible minimizar las molestias y mantener una buena calidad de vida.
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