Por Pilar Ferreyra
Se dice que los jóvenes siempre tienen ganas de tener sexo. Se espera que siempre estén dispuestos. Se supone que siempre deberían tener una actuación sexual aplaudible. Muchos jóvenes, incluso, repiten que son insaciables. Que basta con que la pareja sexual los autorice a avanzar para que ellos se abalancen como leones. Un ejemplo es la letra del vídeo musical Moscow Mule, del rapero puertorriqueño, Bad Bunny. Puesto N° 19 entre los más populares del mundo.
Sin embargo, en la vida real todo es distinto. Y el peso que cargan los varones es enorme. En los tiempos que corren, de conteo diario del dinero para llegar a fin de mes, de trabajar bajo presión para alcanzar los niveles de productividad esperados y conservar, así, el empleo. En tiempos de fatiga pospandémica, es momento de dar a conocer algunos datos fundamentales para bajar a tierra. En particular para empezar a pensar ese momento que requiere tanta autoconfianza y conexión con lo que se desea: el del sexo.
Avanzados los treinta años, los niveles de la hormona sexual masculina segregada por los testículos, la testosterona, empiezan a disminuir gradualmente. Esa pérdida paulatina de testosterona es la andropausia. A diferencia de la menopausia, que es exclusivamente el fin de la edad fértil de las mujeres, el lento proceso de la andropausia recién conduce a los varones a la pérdida de la fertilidad a los 50 años. «La menopausia y la andropausia no son lo mismo. La mayor o menor pérdida de testosterona y la velocidad a la disminuya está asociada no solo a síntomas físicos, sino también anímicos y psicológicos», explican las fundadoras de la organización No Pausa dedicada a la visibilización de la menopausia/climaterio.
No Pausa, el 26 de agosto pasado lanzó a través de su cuenta de Instagram, @nopausaig una encuesta para relevar cuánto saben los varones sobre la andropausia. De un corte hecho en la encuesta para Hoy Día Córdoba, surgió que 1.007 varones de todo el país respondieron a la encuesta entre el 26 de agosto y el 14 de septiembre pasados. La mayor parte de ellos, un 41%, de entre 30 y 39 años; otro 20% de entre 40 y 49 años. Sorpresivamente, un 19% de los participantes informó tener entre 18 y 29 años. El resto de los encuestados tiene más de 50. El corte antes mencionado reveló que el 72% de los encuestados no puede explicar qué es la andropausia. Y dos datos más: un 30% de los encuestados asocia la palabra andropausia a «la falta de sexo y deseo», y un 23% a la palabra «viejo». Está claro que aún falta alumbrar qué es la andropausia.
Para poner luz médica, el urólogo cordobés Nicolás Paladini, especializado en Andrología, constató que: «A partir de los 35 años los varones comienzan a perder hasta un 1% de testosterona. Un joven sano no debería presentar síntomas. Estos normalmente aparecen a partir de los 45 años, y mayoritariamente a partir de los 65. Pero a partir de los 35 años los jóvenes deberían estar atentos a los síntomas clásicos de la pérdida de testosterona». (Ver: Síntomas iniciales de la andropausia).
Aunque no presenten síntomas, a los jóvenes les conviene estar informados. En particular para no sentirse culpables si las cosas en el terreno de la sexualidad no alcanzan las propias expectativas, o las de la pareja. «Un paciente que vive bajo mucho estrés y ansiedad, que trabaja en una corporación y tiene un jefe que lo presiona, va a tener un gasto más veloz de testosterona que un oficinista free lance que trabaja en el exterior y maneja sus tiempos. Entonces, puede que el joven empiece a alejarse de su pareja sexual porque no se sienta cómodo. Aunque todo depende de su estilo de vida», analizó Paladini.
La psicóloga especializada en terapia sexual con perspectiva de género pro sexo, Silvia Aguirre, enumera las pautas que deben los varones cumplir para sentir que son “ese varón” que se les dijo tienen que ser. “La potencia sexual: tener erecciones y sostenerlas el tiempo que sea necesario. Siempre tener ganas, una actitud activa, avasallante incluso, y tener que saber lo que la otra persona desea». Así sea que el mandato de la potencia, concluye Aguirre, “suponga desconocer las propias sensaciones”.
Síntomas iniciales de la andropausia
- Cambios en el humor.
- Mayor irritabilidad y nerviosismo.
- Cambios en el sueño.
- Insomnio.
- Mayor fragilidad del cabello.
- Calores.