Luego de más de 20 horas de ocupación y en medio de denuncias de amenazas, aprietes y golpes, el grupo de trabajadores del transporte urbano de pasajeros despedidos tras la huelga de 2017 decidieron abandonar en la madrugada de hoy la sede local de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), ubicado en avenida Vélez Sársfield al 500.
Según señalaron, la decisión llegó luego de una serie de intimidaciones y golpes “de parte de la patota de la UTA”, que intentó desalojarlos por la fuerza. Incluso, denunciaron la existencia de “disparos” y de una “zona liberada” de parte de la policía.
Luego de retirarse de la sede, los más de 40 trabajadores, a los que se sumaron los despedidos en los últimos meses “por goteo”, criticaron duramente a la actual conducción sindical a cargo de Carla Esteban acusándola de ser un camuflaje de la intervención de la UTA nacional.
A primera hora del martes, los despedidos habían ocupado el local para reclamar “la reincorporación” todos los cesanteados. “UTA nacional se unió junto a (Ramón) Mestre para voltear delegados y extorsionar compañeras. Nos vamos a quedar hasta que se cumpla el acta firmada del 9 de junio de 2017 que especificaba las reincoporaciones”, indicaron los trabajadores, entre los que se encontraban varias conductoras de trolebuses que sostuvieron la Carpa de la dignidad frente a la Municipalidad de Córdoba.