De acuerdo a lo indicado por fuentes judiciales la jueza desestimó con varios argumentos el informe presentado por la ANAC dónde se destaca que el 73% de las mediciones nocturnas no superan los límites aptos para «el buen descanso» de los vecinos, y el 27% restante corresponde a actividades ajenas al aeropuerto.
Señala el estudio que de acuerdo al requerimiento de medir por separado el ruido aeroportuario de noche y de día, se realizaron mediciones de sonido, utilizando el parámetro más recomendado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), en el rango horario de 22 a 7 horas, tomando como referencia el límite de 55 decibeles.
Se determinó por otra parte que de los 26 primeros registros muestra que sólo 7 superan levemente el límite de 55 decibeles debido a razones ajenas a la actividad del aeropuerto.
La medida se tomó a partir de una presentación del abogado Lucas Marisi a título personal, solicitando un amparo, al cual la jueza accedió, primero fijando la restricción entre las 23 y las 6 del día siguiente y luego lo redujo al espacio entre las 22 y las 7.
El Gobierno y las empresas aéreas Flybondi y JetSmart apelaron el fallo, y se espera una definición sobre este tema por parte de la Cámara de Apelaciones de San Martín.
Mientras tanto, sigue vigente el fallo obligando a las empresas a modificar sus servicios y a cancelar algunos de ellos.