El lunes amaneció con una noticia trágica para el mundo de la cultura local: horas antes, había fallecido el autor Sergio Schmucler, a sus 60 años, de un infarto. La noticia repercutió de inmediato en el ánimo de los cordobeses relacionados al quehacer cultural, ya que Sergio era un artista fundamental de nuestro medio, un reconocido militante por los derechos humanos y, sobre todo, una gran y afable persona, muy querida por su generocidad y lucidez aún en las múltiples discusiones que sabía emprender.
Schmucler fue cineasta, escritor, director, antropólogo social y guionista de largometrajes, mediometrajes y series de ficción y no ficción, para cine y televisión, tanto en México como en Argentina. Pero sobre todo fue un pensador de su tiempo, que no dudaba en discutir los paradigmas establecidos tanto en política como en el arte, aunque siempre desde la amabilidad.
También, fue un referente de la lucha por los derechos humanos a partir de su propia experiencia, ya que debió exiliarse junto a su padre, el reputado intelectual Héctor Schmucler, en México durante la dictadura en 1976.
Como en todo lo que emprendió, también fue un referente en el campo académico, vinculado a la producción y la enseñanza en la Universidad Nacional de Córdoba.
Creador incansable, en junio pasado había presentado su tercera novela, titulada “La cabeza de Mariano Rosas”, mientras que actualmente se encontraba montando una nueva película. También supo editar “El guardián de la calle Ámsterdam” (2014) y “Detrás de un vidrio oscuro” (2000). Dirigió también la célebre revista de política y cultura “La Intemperie” desde 2003, que desde Córdoba sacudió la escena cultural nacional, y la revista literaria “Gilgamesh” en México.
Llevó a la pantalla grande películas como “La herencia” (2008), sobre el viaje de reconciliación de un padre y un hijo, “Japón” (2009), “Curapaligüe, memorias del desierto” (2010), “La sombra azul” (2012), basada en el libro del periodista Mariano Saravia, y “Guachos de la calle” (2015), sobre la vida y el desarrollo del grupo de rap Rimando Entreversos, formado por jóvenes de distintas villas y barrios marginales de Córdoba.
Sus restos fueron despedidos ayer por la tarde en la sala de Casa Minoli (avenida Rafael Núñez 3849).