Este año ha sido arrasador para muchos sectores de la economía, en todo el mundo. Córdoba estuvo lejos de ser una excepción.
Para Javier (30) y Julián (26), dos jóvenes emprendedores locales, se vieron afectados como todos, sin embargo, se animaron a emprender en un escenario de incertidumbre y los resultados positivos comenzaron a verse de forma rápida. Le relataron su experiencia y su desafío a este diario.
Teniendo en cuenta la dura situación que afronta el sector gastronómico y, sobre todo, el hotelero desde el inicio de esta pandemia, estos jóvenes buscaron unir fuerzas, potenciando las atracciones que estos rubros pueden ofrecer, acercando -dicen- a los cordobeses modelos de producción sostenibles y una experiencia en contacto con la naturaleza.
Han iniciado un nuevo modelo de negocios, en equilibrio con el medio ambiente, al que denominan Casa Viva Invernaderos Urbanos” (@casavivacba), que germinó” en plena cuarentena. Todo comenzó cuando Javier, biólogo, comenzó a construir su propio invernadero para mejorar la producción de su huerta. Con un poco de creatividad construyó una primera estructura de hierro y comenzó a ofrecer el servicio de asesoramiento para cultivar y producir alimentos de manera orgánica.
Sin embargo, necesitaba de alguien idóneo en materia de construcción, que le ayudase a sistematizar la producción y construcción. De esta manera, decidió aliarse con Julián (estudiante de ingeniería) quien hoy se ha convertido en su socio y contagiado del entusiasmo emprendedor.
En poco tiempo lograron efectivizar la construcción de los invernaderos que demandaba dos meses de instalación, reduciéndola a tan solo dos días de trabajo. A la construcción de invernaderos se suman consultas diarias para realizar huertas, equipamiento, sistemas de riego y asesoramiento en cultivos.
A pesar de que la empresa lleva apenas dos meses funcionando, y en medio de la parálisis de la pandemia, su crecimiento ha sido exponencial. Los noveles empresarios adjudican el éxito de Casa Viva, en parte, a que el cultivo orgánico hogareño se vio beneficiado por el incremento del tiempo que las personas se encuentran en su casa, por un lado, y por otro en el interés creciente por obtener hábitos más saludables en cada vez más segmentos de la población.
La apuesta de Casa Viva es incorporar sus invernaderos urbanos como una atracción en complejos turísticos, hoteles y cabañas. También, impulsar que bares y restaurantes se animen a producir sus propios cultivos, mejorando la calidad y experiencia del cliente.
Siendo conscientes de que existe una fuerte tendencia a la alimentación saludable y un mayor interés de los consumidores por conocer de dónde vienen sus alimentos, consideran que las huertas e invernaderos pueden ser una gran oportunidad para que los huéspedes que vacacionen en las sierras de Córdoba disfruten de aprender y participar de las distintas etapas del cultivo de vegetales. Por otro lado, para el sector gastronómico, una huerta a la vista aumentará la confianza de los comensales, haciéndolos sentir parte del proceso culinario. Además, apuestan también a que los cultivos orgánicos en esta escala serán oportunidades para ambos sectores de incluir alimentos orgánicos (y económicos) a través de métodos sostenibles.