En los últimos días, se han registrado en la provincia una seguidilla de accidentes vehiculares fatales. A raíz de esto, dos profesionales relacionados al ámbito, explicaron qué está ocurriendo en las rutas cordobesas. Horacio Botta Bernaus, abogado y especialista en seguridad vial, y Ramiro Parsi, titular del Instituto Conducción Consciente de Río Cuarto, hablaron con medios de la zona para profundizar sobre la problemática. En primera instancia, Botta Bernaus consideró que después de ocho meses con menor movilidad, se perdieron los hábitos de conducción.
El especialista señaló que antes de volver a las rutas para manejar durante un largo tiempo, es importante hacerlo luego de una adaptación. En este sentido, recordó tres consejos: planificar bien el viaje, evitar la conducción nocturna, y no manejar mucho tiempo. Botta Bernaus advirtió que los programas de seguridad vial plantean más controles, más radares, más alcoholímetros, pareciera que la seguridad vial es solo una política de control, que trabaja a partir del accidente”. Y agregó: Lo que tenemos que mirar es que haya un puesto de información donde me dijeran los lugares más peligrosos, las características más riesgosas de la ruta, los consejos más prácticos”. En consonancia, sostuvo: Los consejos actuales son para controlar y castigar si me equivoco, la conducción necesita un proceso de aprendizaje de hábitos, un proceso de aprendizaje de mecanismos, de buenas prácticas de manejo y eso no se impone con el miedo”.
Por su parte, Parsi manifestó que no le resulta sorpresivo el número de hechos trágicos ocurridos en las rutas de la región, ya que considera que los siniestros viales son una pandemia que existe desde hace muchos años. Para esta pandemia que son los siniestros viales ya tenemos la vacuna, que es la educación, pero el problema es que la gente no quiere colocársela”, indicó.
En este sentido, el especialista aseguró que la desesperación por poder viajar y salir, provocada por la pandemia de coronavirus, son dos factores que influyeron en la cantidad de accidentes. A éstos, se le suma además el aumento de distracciones, como el uso del celular, la fatiga y el cansancio, la situación emocional de quien conduce, el estado del vehículo y las condiciones climáticas.