El médico y magister en Salud Pública Oscar Atienza, quien se constituyó como una palabra de autoridad en Córdoba durante la pandemia, explicó cuáles son las diferencias entre cada vacuna y cómo se deben administrar las segundas dosis.
Esta información llega en un momento donde las autoridades sanitarias resolvieron prolongar el tiempo de aplicación entre las dosis, principalmente por la escasez mundial de vacunas. Sobre la Sputnik V, Atienza explicó que el intervalo de aplicación entre dosis es de 21 días” y aclaró: Puedo aplicar la segunda dosis más allá de los 21 días pero nunca antes”.
En tanto, la vacuna AstraZeneca Covishield, la cual pertenece a Oxford pero se produce en la India, tiene un intervalo de aplicación de 28 días.
En tanto, la segunda dosis de la AstraZeneca producida en Reino Unido se aplica 90 días después de la primera. Por último, existe la Sinopharm, vacuna de origen chino y que tiene un intervalo entre dosis de 28 días. De todas estas vacunas, la única que tiene componentes distintos para la primera y segunda dosis es la Sputnik V.
El médico explicó también cuáles son los roles de cada dosis: la primera genera una respuesta inicial, con generación de anticuerpos, aproximadamente 14 días posteriores a la inoculación”.
La segunda dosis, por su parte, genera una respuesta inmunitaria algo más intensa y genera mayor cantidad y calidad de anticuerpos, con más duración de tiempo”, explicó Atienza.
Asimismo, si bien sostuvo que los intervalos superiores entre dos dosis no disminuyen la respuesta inmunológica” recomendó que solo se use esta estrategia si necesito aumentar en poco tiempo la cantidad de vacunados para lograr mejor cobertura o si no tengo infraestructura para vacunar”.
En particular, el médico sostuvo que las vacunas Sinopharm y AstraZeneca puedo diferirlas a 90 días, con lo que puedo vacunar más gente con una sola dosis, pero solo es recomendado si dispongo de cantidad de vacunas que garanticen la segunda dosis”.
Esto, afirmó, es muy importante ya que el problema actual del mundo no es la estrategia de inmunización ni la infraestructura sino la escasez de vacunas.