La última audiencia del juicio oral contra los ocho rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa se llevó a cabo hoy cuando además se cumplen tres años del hecho, por lo cual se espera que sea una jornada más que emotiva en Dolores.
Aunque este miércoles solo hubo declaración de peritos solicitados por la defensa, el ojo estará puesto en la concentración de las 19 en el anfiteatro de Dolores donde familiares de Fernando realizarán una colecta solidaria para «que el dolor se transforme en ayuda».
Durante las 13 audiencias en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores desfilaron diversos testigos que dieron testimonio, entre ellos, se destacaron amigos de la víctima, personas que presenciaron el ataque y crimen, peritos de la Policía Federal, médicos, bomberos y efectivos policiales.
Además, ocurrió algo que pocos pensaban que iba a suceder, ya que, los rugbiers comenzaron a dejar atrás el «pacto de silencio» y el primero fue Luciano Pertossi, luego lo hizo Máximo Thomsen, el acusado más complicado, y ayer pidió la palabra Ciro Pertossi.
Como todos los días Silvino Báez y Graciela Sosa, padres de Fernando, están presentes en la sala del Tribunal escuchando la declaración de todos los testigos.
Por otro lado, uno de los fiscales que interviene en el juicio aseguró hoy que «no hay ningún video que muestre algún golpe o algo» del joven estudiante de derecho hacia otra persona.
En declaraciones realizadas en la puerta de los Tribunales de Dolores previo al inicio de la última jornada del debate dedicada a testigos, el fiscal Gustavo García se refirió además al video dado a conocer en las últimas horas, donde quedó registrada la secuencia del ataque en la puerta del boliche «Le Brique» de Villa Gesell.
«Ese video está adjuntado a la investigación y gran parte se ha pasado en el debate», dijo el fiscal, quien agregó que «lo Importante es que ese video da los tiempos».
Por su parte, el otro fiscal que interviene en el proceso, Juan Manuel Dávila, dijo que el balance que hace del juicio «es muy, muy positivo», aunque manifestó que quiere ser prudente y desarrollar sus argumentaciones en la etapa de alegatos.
Consultado sobre la posibilidad de que antes de la sentencia los padres de Fernando puedan hablar en el juicio, Dávila dijo que es un derecho que «se encuentra consagrado en ley de víctima».
Finalmente, el fiscal adelantó que hoy se comunicarán las fechas de los alegatos que, estimó, serán el 23 de enero para la acusación y el 24 para la defensa.
Homenaje y mucho dolor
Un letrero de madera con el nombre de Fernando Báez Sosa cubierto con estampitas, flores, rosarios y cartas es la postal del lugar donde hace tres años el joven estudiante de abogacía fue asesinado a golpes.
A primera hora del día, que amaneció nublado en la localidad balnearia bonaerense de Villa Gesell, varias personas se acercaron al santuario que espontáneamente se conformó al pie de un árbol ubicado frente al boliche «Le Brique», en la Avenida 3, entre calle 102 y avenida Buenos Aires, para homenajear a Fernando en el lugar donde fue asesinado hace exactamente tres años.
«¿Acá fue dónde lo mataron? No sabíamos, mirá vos…cierto, me acuerdo por los videos que fue acá», dijo Martín, un joven oriundo de la ciudad de San Nicolás que viajó a Villa Gesell con amigos para pasar sus vacaciones. Los jóvenes coincidieron en que el crimen «fue algo terrible» y que los ocho acusados «tienen que estar todos presos por lo que hicieron».
Llegados hace tres días a Villa Gesell, los jóvenes de 18 años -la misma edad que tenía Fernando cuando lo mataron- aseguraron que hay mucha policía en las calles y que existen controles en el ingreso a las playas. «Nuestros viejos nos dijeron que no peleemos, que es preferible quedar como un cagón a tener problemas», dijo otro de los miembros del grupo.
La cronología de lo ocurrido
El joven de 18 años fue asesinado el 18 de enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell. Fernando se había ido de vacaciones con sus amigos y, por una disputa dentro del local bailable, fueron sacados por el personal de seguridad.
Las imágenes del boliche muestran la salida de ambos grupos, uno desde la entrada principal de forma tranquila y otros desde la cocina de manera violenta.
Luego de eso llegó la emboscada. Enfrente al lugar, sobre la Avenida 3, Fernando recibió una piña por detrás y, en menos de un minuto, fue asesinado.
«Caducó», esa fue la palabra que utilizó uno de los rugbiers para describir cómo finalizó el ataque, mientras que otro dijo «de esto no se dice nada a nadie». Sangre, ropa rota, corridas, risas, festejos, abrazos, todo eso expresaron los jóvenes luego del crimen.
Sumado a este escenario, horas después, algunos de ellos se fueron a comer a un McDonalds ya sabiendo lo que habían ocurrido. «Matar les dio hambre», sentenció Fernando Burlando.
Antes de las 10 del 18 de enero de 2020, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi fueron detenidos en la casa que alquilaban en El Bosque de Villa Gesell.
Falsas acusaciones, risas, allanamiento, pacto de silencio, todo eso se vivió desde aquella noche fatídica hasta el inicio del juicio oral, tres años después.
La autopsia reveló que Fernando murió de «un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo de cráneo». Los padres del joven señalaron el martes: «Mi hijo era donador de órganos y, por los golpes que recibió en todo su cuerpo, no pudo donar nada».
Se trata de uno de los crímenes que quedó registrado de principio a fin y que denostó ser un antes y después en torno a la «noche» de la localidad balnearia.
Se dictó la imputación por «homicidio doblemente agravado por alevosía» por el concurso premeditado de dos o más personas y «lesiones leves» por las agresiones que sufrieron amigos de la víctima.
Ahora ocho jóvenes, todos menores de 24 años, están siendo juzgados en Dolores por el asesinato y se espera que a fines de enero el Tribunal de a conocer la sentencia, posiblemente prisión perpetua para todos.