El nivel de antisemitismo de los tuits posteados desde Argentina es del 6,24%, «el más bajo» entre los países que más tuiteos producen en habla hispana, según reportó la quinta edición del Informe de Antisemitismo Online 2022, que hoy difundió el Observatorio Web dependiente del Congreso Judío Latinoamericano (CJL), la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
El informe incluyó el análisis de 7.728.277 contenidos producidos en internet durante el año pasado. Entre ellos, tuits, comentarios en Facebook, videos de YouTube, resultados en Google y comentarios en medios digitales seleccionados por su relevancia de acuerdo con el ranking de sitios de noticias más visitados en habla hispana.
«Existe un nivel de antisemitismo que se mantiene estable en las distintas plataformas y se generan picos cuando hay incidentes fuera del mundo virtual (off-line), por ejemplo la pandemia, cuando empezaron a circular teorías conspirativas acerca de que los judíos habían inventado el Covid», dijo a Télam el director ejecutivo del CJL, Claudio Epelman.
Y agregó que «también hubo sucesos de la vida política que generaron esos picos», precisados en el informe, como la invasión rusa a Ucrania, los atentados en la ciudad de Jerusalén, el rechazo de las cartas diplomáticas al embajador israelí por parte del presidente chileno Gabriel Boric y la escalada en la Franja de Gaza, todos estos puntos «marcaron la conversación en Internet». «Si bien se mantiene estable, hay una tendencia en el orden del 10% de los contenidos, que sigue siendo alta, y tenemos que seguir trabajando para bajar este nivel de prejuicios», añadió Epelman.
El antisemitismo es «una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio hacia ellos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto», definió la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), concepto que fue adoptado en el informe recientemente difundido.
El trabajo, realizado por Ariel Seidler y Ariel Grosman, incluyó contenidos en idioma español, con excepción del análisis de comentarios realizado en medios digitales de Brasil y, para el análisis, utilizaron palabras clave vinculadas al judaísmo y a Israel, y también una plataforma basada en algoritmos e inteligencia artificial y análisis semántico.
Al analizar el porcentaje de antisemitismo en los 10 países con mayor cantidad de tuis recopilados en español (España, Argentina, México, Venezuela, Chile, Colombia, Estados Unidos, Perú, Ecuador y Uruguay) los investigadores concluyeron que Argentina fue el país con «menor porcentaje» de contenido antisemita en Twitter, 6,24%. En tanto que Venezuela, Chile, España y Estados Unidos quedaron por encima de la media general, cerca del 10%.
A nivel general, el antisemitismo alcanzó en Twiter el 9,48% de los contenidos relevados, y los mensajes negativos explicaron el 47,92% del total recabado, lo que se constituyó en la categoría «con más posteos», pero «de bajo impacto en esa red social», detallaron en el informe.
Por otra parte, al analizar los comentarios en 18 sitios de medios digitales de la región concluyeron que en Argentina, Brasil y Costa Rica los niveles de antisemitismo «están por debajo del promedio anual», que es del 18,46%.
Colombia se encuentra en línea con el promedio, mientras que Chile, Panamá y Uruguay se ubican por encima de ese nivel, agregaron los investigadores.
Los diarios monitoreados fueron Biobio Chile, Clarín, CRHOY, Diario Extra, El Observador, El País, El Tiempo, Emol, Folha SaoPablo, G1, La estrella de Panamá, La Nación, La Tercera, Las 2 orillas, Metropoles, Montevideo Portal, Prensa y Subrayado.
En lo que respecta al buscador Google, observaron «un aumento del contenido positivo hacia los judíos, con el resultado más favorable en los ocho años de registro», y los resultados con contenidos «negativos» mostraron un leve descenso, aseguraron.
En YouTube, la principal plataforma de contenido audiovisual en Internet, detectaron un «12,29% de antisemitismo en el material analizado».
Por último, en los comentarios de usuarios en 15 páginas de Facebook, de los principales medios de América Latina y España, observaron «una baja del antisemitismo», aunque éste se mantiene «estable», pasando de 7,50% a 5,95% del 2021 al año 2022.
En esta plataforma, el hecho «más relevante» del año -respecto al análisis- sucedió cuando el presidente de Chile, Gabriel Boric, rechazó las cartas credenciales del embajador israelí y durante 15 días de septiembre recopilaron el 28,75% del total de comentarios negativos registrados durante ese año.
«Comparado a años anteriores, en términos generales no registramos variaciones significativas», apuntó a Télam Ariel Seidler, director del Observatorio Web y coautor del trabajo.
No obstante, «hay un nucleo de antisemitismo que se mantuvo en los últimos tres años, que puede observarse particularmente cuando se generan tensiones en Medio Oriente», añadió. «En Twitter, particularmente, si bien el porcentaje de antisemitismo, es similar a otros años, sí registramos mayor cantidad de contenido, lo cual implica que nominalmente hay más contenido discriminatorio», completó Seidler.
En esta línea, también explicó que ven con preocupación «la migración de usuarios de plataformas más populares que moderan contenido, a plataformas mas pequeñas o de mensajería instantánea, que no lo hacen; y un renacer de teorías conspirativas, en muchos casos ‘importadas’ de Estados Unidos y Europa, que ya vimos en la pandemia de coronavirus, y otras teorías de dominación mundial».
El Observatorio Web trabaja desde 2010 desde un abordaje multidisciplinario, junto a gobiernos, empresas ligadas a Internet y ONG’s monitoreando la web contra la discriminación on-line y por un uso responsable de las tecnologías.
Este análisis, realizado desde Argentina, «impacta en todos los países de habla hispana y genera un insumo poco trabajado e investigado. En castellano somos los únicos que lo hacemos de esta manera», concluyó Epelman.