Un informe de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) que se cerró el sábado pasado tras una ronda de consultas con empresas de toda la provincia, confirmó que el 13% de las fábricas se encuentran paralizadas por un combo que incluye la etapa de vacaciones y que suma la tercera ola de Covid-19.
O sea, el dato que se desprende es que el desarrollo de la actividad industrial está amenazado por la cantidad de trabajadores ausentes por cuestiones vinculadas al virus. En ese sentido, un cuarto de los empleados de las industrias de la provincia tiene Covid o están aislados por contacto estrecho.
El bajo nivel de actividad en las fábricas cordobesas se debe principalmente a tres factores: la simultaneidad en la que se producen los contagios, el cese de una estrategia de trabajo en burbujas y la coincidencia con el período de otorgamiento de vacaciones. Además, hay un 4% de trabajadores que aún se niegan a inocularse contra el virus y un 6% solo tienen colocada una dosis, lo que sería un número cercano a 10.000 personas.
Frente a esto, en tres de cada cuatro industrias se han llevado a cabo acciones de concientización y promoción de la vacunación y en general los industriales consideran que, en las localidades en donde tienen operaciones sus empresas, las vacunas son accesibles para el personal. Justamente por ello, el 80% de industriales pide contar con algún mecanismo legal para actuar frente a colaboradores que decidan no vacunarse.