El año 2024 se posicionó como el segundo peor de la última década en lo que hace a superficie quemada en la provincia, detrás del 2020, que resultó el más devastador de los últimos 35 años. En total, en el año en curso, se quemaron alrededor de 100.000 hectáreas.
Así, en julio, agosto y septiembre se perdieron 93.396 hectáreas por el fuego, a lo que se le suman las 2.479 relevadas de enero a junio. En este cálculo, septiembre fue determinante, ya que ese mes se perdieron 78.219 hectáreas, el 82% de todo lo quemado en el año.
Los datos corresponden al informe elaborado por el Idecor (Infraestructura de Datos Espaciales de Córdoba) para la Secretaría de Gestión del Riesgo de la Provincia publicado por La Voz del Interior. Según este informe, en el tercer trimestre de este año hubo 363 focos de incendios reportados en 90 días, con un promedio de cuatro incendios por día, aunque el sistema no cuenta a los muy pequeños focos que llegan a ser controlados apenas iniciados.
Del total, entre julio y septiembre, el 48% de los focos fueron de entre 10 y 100 hectáreas, y el 40% correspondió a casos de menos de 10 hectáreas. Luego, el 8% de los 363 incendios contados fueron de entre 100 y 500 hectáreas y, finalmente, el 4% de los casos fue de siniestros grandes, con más de 500 hectáreas afectadas. Sin embargo, ese 4% explica el 78% de la superficie quemada de ese trimestre.
El mayor incendio del año fue el que se inició en la zona de Capilla del Monte y Los Cocos y se agigantó hasta San Marcos Sierras, Ongamira y La Granja, abarcando 42.046 hectáreas en cinco departamentos (Punilla, Colón, Cruz del Eje, Ischilín y Totoral). Luego le siguieron el de los parajes El Durazno y Pinar de los Ríos (en Calamuchita) con 10.644 hectáreas), el del cerro Champaquí que quemó 7.614 hectáreas, el del Camino de los Túneles y la Quebrada La Mermella (en Pocho) con 6.900 hectáreas afectadas, y la sucesión de focos en pocos días entre La Calera y Malagueño (en el Gran Córdoba), con 5.000 hectáreas. Sólo esos cinco enormes siniestros suman 73.000 hectáreas.
El relevamiento oficial, que llega hasta el 30 de septiembre, suma, en nueve meses, 95.879 hectáreas perdidas. Pero restan contar los varios focos de los primeros seis días de octubre que hacen trepar la cifra a 100.000 hectáreas, hasta que el 7 de octubre se dio una lluvia generalizada.
Obras públicas y reconstrucción de viviendas para recuperar lo perdido
Tras los devastadores incendios en las sierras, se oficializó la declaración de emergencia ambiental, económica y habitacional en las áreas afectadas. La Ley 27.782, sancionada por el Congreso de la Nación establece un plazo de 180 días para la emergencia, prorrogables por igual período.
La normativa tiene como objetivo principal restaurar las zonas dañadas y prevenir futuros focos ígneos. Para ello, se implementarán medidas en el marco del Sistema Federal de Manejo del Fuego y la Gestión Integral de Riesgos, establecidas en las leyes 26.815 y 27.287.
Un punto clave de la ley es la asignación de una partida presupuestaria extraordinaria para la reconstrucción de la infraestructura y la recuperación de las actividades económicas afectadas.
En cuanto a las medidas para la reconstrucción y recuperación económica, la ley contempla la realización de obras públicas urgentes, como la reparación y construcción de viviendas e instalaciones, luego de un estudio técnico que garantice la eficiente asignación de los fondos, además de créditos especiales, entre otras disposiciones.