El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) declaró ayer «sitios sagrados» a los nueve enterratorios donde fueron sepultados los guerreros Qom y Moqoi que fueron restituidos a Napalpí en 2018, en la provincia de Chaco, en «el primer acto reparatorio» hacia esas comunidades tras el juico por la «Masacre de Napalpí»
La presidenta del INAI, Magdalena Odarda, dijo que se trata «del primer acto reparatorio hacia las comunidades originarias», algo que también contemplaba el fallo del Juicio por la Verdad del 19 de mayo último. «La presente resolución constituye por sí mismo una forma de reparación simbólica hacia las comunidades Qom y Moqoit», destaca la resolución del INAI firmada por Odarda.
Por su parte el antropólogo del INAI, Fernando Miguel Pepe Tessaro, explicó que «la sentencia habla de delito de lesa humanidad en el marco del genocidio indígena y claramente los nueve guerreros Qom y Moqoit que murieron luchando contra el ejército o la policía y que restituimos son claramente las víctimas del genocidio que enmarcó la Masacre de Napalpí».
Entre los hombres restituidos está el joven llamado «Pichón», fusilado a los 24 años en 1887; el cacique «León», muerto en 1887 por las tropas y un Qom N.N. fusilado en 1886 en Resistencia. También se encuentran «Petizo», fusilado en 1886 en Resistencia y el Cacique «Löwöreraik» (El Quemado), asesinado por el comisario de esa misma ciudad en 1887.
«Paradójicamente esos guerreros fusilados y asesinados fueron enterrados en el lugar de los crímenes de Napalpí, que significa lugar de los muertos, transformándolo en un Sitio de la Memoria y lugar sagrado para las comunidades», contó Pepe.
Confirmó que la resolución contempla también la declaración de sitios sagrados los entierros de las ancestras y ancestros de las familias Qom y Wichí residentes en la zona de las llamadas ´10.000 hectáreas´, de la localidad chaqueña de Miraflores. Estos fueron enterrados en los cementerios comunitarios «y se encuentran hoy en peligro ante el avance de lo urbano sobre el territorio ancestral y por la falta de atención por el estado municipal».
La Masacre de Napalpí fue una matanza cometida por una fuerza de más de cien hombres de la Policía Nacional de Territorios, en la que resultaron asesinados más de medio millar de personas de las etnias Qom, Moqoit, a manos de la policía, la Gendarmería y hacendados de la zona.
El hecho fue cometido el 19 de julio de 1924 en el paraje El Aguará, en cercanías de la reducción aborigen Napalpí, ubicada en el entonces territorio nacional del Chaco. En el reciente «Juicio por la Verdad» la justicia consideró hoy «probado» que el Estado fue responsable de crímenes de lesa humanidad contra comunidades originarias por esos hechos.