Por Gustavo Aro (Especial para HDC)
Un viernes cualquiera de un mes cualquiera arroja imágenes y sonidos que se repiten en cualquier otro día de la semana y casi que se duplican los fines de semanas cordobeses en el Hospital Municipal de Urgencias (HMU).
La sirena de una ambulancia, un llanto, un grito o un quejido significa que algo sucedió o está por suceder en las instalaciones del Urgencias, como cariñosa y amigablemente llamamos al tradicional establecimiento de salud que tenemos y lucimos orgullosos los cordobeses
Una caída de la bici, un trágico accidente, una pelea callejera, un caso de violencia doméstica o una torcedura de tobillo o muñeca por practicar deportes son algunos de los muchísimos traumas que se atienden allí.
HDC habló de primera mano con Mariano Marino (MM), director del Hospital Municipal de Urgencias; y con Fabricio Vitali (FV), traumatólogo y vicedirector del mencionado hospital.
“El Hospital de Urgencias es el único y digo el único porque esto es realmente remarcable, es único. Único porque tiene un perfil específicamente de emergencia, con un perfil de casos agudos como los que tiene la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, solo que en Córdoba hay uno sólo, que es éste, el Hospital Municipal de Urgencias”, explica Marino.
¿Qué los diferencia del resto de los centros sanitarios de la ciudad y de la provincia?
MM: No atiende enfermedades crónicas. No tenemos pacientes, por ejemplo, diabéticos, aunque sí podemos atender una emergencia como una descompensación diabética. Después, el seguimiento de estos pacientes lo tenemos estructurado con la Dirección de Especialidades Médicas. Ese es uno de los puntos que nos diferencia del resto y que durante 80 años le fueron dando la identidad y el perfil que tiene actualmente. En Noviembre el Urgencias cumple 80 años de servicios y atención a los vecinos de Córdoba.
¿Cuáles son los casos más comunes que se atienden en el HMU?
MM: El perfil del hospital es de emergencias con especialización en trauma. Trauma entendido como la enfermedad trauma (lesión o daño físico causado por una fuente externa), y no como traumatología, aunque tenemos un servicio de traumatología que en volumen de atención es el más importante.
¿Qué dicen las estadísticas, dónde se generan esos casos?
MM: Principalmente el mayor volumen de los pacientes que recibimos son politraumas o traumas generalmente de origen viales. Ese es el volumen más grande. Después, dentro de los accidentes viales, tenemos accidentes de motos, autos y después los accidentes que tienen que ver con peatones. Les siguen violencia urbana, con armas de fuego y armas blancas, y después tenemos otro grupo que se atienden acá que son las emergencias no traumáticas y las que tienen que ver con accidentes en bicicletas, mordeduras de perros, intentos de suicidio, que muchos de ellos son trauma porque a veces un paciente se arroja desde una altura o los intentos de ahorcamiento. Ni hablar de las heridas con arma de fuego. La herida de arma de fuego en sí es un trauma de cráneo con un objeto contundente como lo es una bala. Pero el principal proveedor de pacientes es el trauma de origen vial.
Las lesiones deportivas
“El trauma deportivo está muy relacionado con los días. El 80 por ciento de la patología deportiva se da los fines de semana y se reparte entre los que juegan al fútbol o los que hacen pádel. Los que juegan al fútbol se dividen entre las fracturas de muñecas y fracturas de miembros inferiores como tobillos o lesiones de los tendones”, explica a su turno Vitali.
El impacto del trauma deportivo dentro del total de atención que tiene el hospital implica entre el tres y el cinco por ciento. Gran parte de esos casos involucra el aparato locomotor, como pueden ser las articulaciones, lesiones de ligamentos, las fracturas, fracturas expuestas. También, en el rugby, se han dado últimamente traumatismos de cráneo, aunque esto también se ve en el fútbol y el BMX.
¿Cómo se traduce en números ese porcentaje?
MM: El Hospital tiene un promedio de atención mensual de entre 3.000 y 3.500 personas. Si comparamos esta cifra con otros hospitales, el número es menor a, por ejemplo, el Tránsito Cáceres de Allende que atendía un promedio de 5.000 personas por mes. Nosotros tenemos menor volumen y mayor complejidad. El espectro de atención es distinto. En limpio, debemos atender entre 100 y 130 personas por mes con lesiones deportivas. (Marino)
Ciclistas, los nuevos pacientes
Cada vez hay más gente haciendo actividades deportivas y recreativas en la calle, como patín, BMX, tablas, bici, ¿se nota en las atenciones de los fines de semana?
MM: Ahora se da mucho con el ciclismo, una disciplina que cada vez tiene más adeptos. Los casos más comunes en el ciclismo son fracturas de fémur y fracturas expuestas de tibia. También politraumas graves, generalmente en los que hacen ciclismo de descenso. Por ejemplo, se les rompe la horquilla de la bicicleta y han tenido trauma de cráneo o trauma de pelvis.
¿Aún con las protecciones reglamentarias, como el uso del casco?
MM: Sí, pero no olvidemos que la protección en ciclismo no es lo mismo que la protección en motos. La del ciclismo es una protección abierta. Hemos tenido casos de traumatismo facial graves por accidentes que involucran a bicicletas.
¿Cuál es el grado de gravedad de los pacientes que llegan acá?
MM: Los pacientes que llegan acá muchas veces es por lesiones graves, algunos con riesgo altísimo de vida. Es ahí cuando acá aparecen dos o tres manos y surge la magia.
FV: Los fines de semana se dan el mayor índice de atención por lesiones deportivas, fundamentalmente por el fútbol. El fútbol se lleva el 50 por ciento de la atención por lesiones deportivas.
-¿Se sabe de dónde provienen esos casos, si de los torneos organizados de fútbol amateur o de los picados que se arman en el Parque Sarmiento, la Ciudad Universitaria u otros lugares?
FV: Hice guardia muchos años los fines de semana en este hospital y la mayoría de los casos venían de los partidos en las canchas de la Ciudad Universitaria. También de torneos organizados. Todos vienen acá y se ve si tiene una fractura quirúrgica o no, si necesita quirófano. Acá se los recibe, se los atiende. Hay un punto que suena hasta cómico. Cuando hacía guardia los sábados, después de las 14 empezaban a llegar personas con distintas lesiones y camisetas de todos los equipos. Es muy interesante el fin de semana ver todo lo que son accidentes deportivos porque ves de todo tipo social y etario.
¿Hay una franja etaria determinada en las lesiones deportivas?
MM: Sí, entre los 20 y los 45, que coincide también con el promedio de atención que tenemos en el hospital. Tenemos esa franja en general y son los que más involucrados están en la práctica deportiva, en los casos de violencia urbana, en los siniestros viales. (Marino)
¿Y los adultos mayores?
FV: En los adultos mayores las lesiones más comunes son las tendinosas. A mayor edad, menos fracturas y más lesiones tendinosas. Otra cosa importante. Las roturas de tobillos son una de las pocas patologías que van relacionadas con el mecanismo y no con el trauma. Para fracturar el tobillo no hace falta que te peguen. Igual que la lesión meniscal, como le pasó por ejemplo a Lucas Passerini, el jugador de Belgrano. El tobillo es un encastre óseo.
MM: De todos modos si hablamos de adultos mayores más de 65 años ellos tienen Pami por lo que la atención acá es casi nula. Eventualmente vienen. Este es un hospital público y se rige por una ley de hospital público y la atención descentralizada, es decir que se atiende a cualquier ciudadano y si tiene cobertura social se hace después la gestión de cobro a su financiador de salud, ya sea sindical, estatal o privada.
No importa de qué auto se bajan
¿Varían las lesiones deportivas según las distintas clases sociales?
FV: En el deporte no se nota. Las lesiones deportivas no discriminan según las clases.
¿La diferencia en la alimentación no hace que predominen unas lesiones sobre otras según la clase social?
FV: Sí, pero pasa también que el fútbol no discrimina, es muy inclusivo. No se diferencian las clases sociales. Hay muchas variables y ninguna lesión es igual a la otra.
MM: También son variables las distintas contexturas físicas. Una persona bien alimentada y con una contextura física delgada se puede lesionar gravemente y otra persona que se haya alimentado poco o mal pero de contextura robusta capaz que no se lesione tan gravemente. La otra variable es que hay deportes que todo el mundo puede hacer, con panza o sin panza, pero por ejemplo no todos pueden jugar al rugby. Es difícil que se junte un grupo de amigos y diga ‘hagamos un partido de rugby’, salvo que sean jugadores de rugby. El rugby necesita indefectiblemente un entrenamiento técnico y físico adecuado porque si no, en la primera vuelta te lesionas.
FV: El deportista de alta competencia, que está bien preparado y bien alimentado es obvio que va a tener menos probabilidades de lesiones que el tipo que trabaja toda la semana y el sábado se va a jugar al fútbol o hacer algún otro deporte.
MM: Este hospital, respecto a lo que dice Fabricio, tiene una transversalidad a la sociedad de Córdoba, ganado por los 80 años de experiencia. Es transversal desde el punto de la ciudad que quieras tocar hasta el otro. Todo el mundo sabe que cuando tiene una lesión puede venir al Urgencias. Por el perfil y los años de experiencia, gran parte de la sociedad tiene en mente que en el mejor lugar que te van atender si tenés una situación de trauma es el Hospital de Urgencias. No importa de qué auto bajan los lesionados.
FV: Tal cual, es así. Ha pasado que en la Ciudad Universitaria dos o tres chicos se suben a un taxi vestidos de futbolistas y el mismo chofer les dice ¿al Urgencias?
Desde el despacho del director se escucha la sirena de una ambulancia. Marino retoca unos papeles y mira la pantalla de la computadora. Vitali se acomoda el ambo y la chaqueta. Parecen decir manos a la obra.
Es viernes, se avecina el fin de semana. Seguramente será una jornada ajetreada, intensa, movida, igual a la anterior, y la anterior, y así para atrás como en los últimos 80 años.
Afuera, el bullicio de la gente en la sala de espera es paciente y constante. Más lejos, fuera de las paredes del Urgencias, muchos cordobeses despuntan el vicio en una cancha de fútbol, de pádel, de básquet. En una pista de skate o de BMX. Otros corren, trotan o pedalean por una ciclovía, en la Costanera o en algún Parque. Hacen deporte, se recrean y se cuidan.