El papa Francisco pidió hoy que la Iglesia evite las polarizaciones entre «progresistas y conservadores» y llamó a la institución a centrarse en «los pobres y descartados»; al recordar en la Basílica de San Pedro los 60 años del inicio del Concilio Vaticano II.
En su discurso sostuvo: «Cuántas veces se prefirió ser hinchas del propio grupo más que servidores de todos, progresistas y conservadores antes que hermanos y hermanas, de derecha o de izquierda más que de Jesús», lanzó, en un nuevo llamado de atención a los sectores que buscan sembrar división en la Iglesia.
«El Señor no nos quiere así, nosotros somos sus ovejas, su rebaño, y sólo lo somos juntos, unidos», agregó el Papa, antes de convocar a los miembros de la Iglesia a superar «las polarizaciones» y a trabajar por la «unidad» entre todo el cristianismo.
Con una reivindicación del Concilio que opera al mismo como hoja de ruta para el presente, Francisco pidió atención para evitar las disputas y conflictos: «Ni el progresismo que se adapta al mundo, ni el tradicionalismo que añora un mundo pasado son pruebas de amor, sino de infidelidad».