Ricardo Rafael Bottone (61) protagonizó un trágico acto este miércoles pasado tras matar a su hija Milagros Bottone (23) e intentar asesinar a su ex pareja. Luego, se suicidó. Todo ocurrió en Alta Córdoba, en General Paz al 3068 (esquina con Góngora) cuando la mujer mayor activó el botón antipánico manifestando que su agresor estaba cerca y las había amenazado.
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Bottone tenía denuncias por violencia de género y amenazas por parte de Mercedes Martínez (ex pareja) y Milagros Bottone. A pesar de las denuncias, las autoridades consideraron que no ameritaban su detención, ya que se trataban de delitos menores como desobediencia y amenazas simples.
Cabe recordar que Milagros, estudiante de derecho, falleció debido a las heridas sufridas, mientras que Mercedes logró sobrevivir. Los vecinos de la zona conocían las amenazas de Bottone, y la familia había tomado medidas de protección, como el botón antipánico.
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En este marco, la fiscal general adjunta Bettina Croppi explicó que se habían aplicado medidas de restricción, botón antipánico y se habían incautado las armas de Bottone. La letrada señaló además que la primera denuncia se realizó en octubre de 2021 por violencia económica, pero no se consideró un delito.
En noviembre del mismo año, Mercedes (ex esposa) presentó una segunda denuncia alegando que Bottone había violado la orden de restricción, lo que resultó en su imputación por desobediencia a la autoridad. En 2022, fue Milagros, la hija, quien denunció a su padre por amenazas simples.
A pesar de la gravedad de la situación, la ex esposa no presentó más denuncias. En cuanto a la tercera denuncia, formulada por la hija, el agresor fue imputado por amenazas simples. Además, se reveló que la entrega del botón antipánico se extendió hasta julio de este año.
“Estas denuncias no justificaban la detención de una persona. Estas causas, de amenaza simple y desobediencia policial, no ameritan la aprehensión de una persona”, agregó la fiscal Croppi en este sentido.
“Se tomaron todas las medidas necesarias que nos brinda el sistema de la Justicia para impedir que esto terminara así. Lamentablemente no se pudo evitar”, concluyó la letrada.
Estos antecedentes, revelados por la fiscal adjunta, dejaron en evidencia el miedo y la alerta que vivían las víctimas en relación con este agresor.