Casi como antes de la pandemia, con gran expectativa y algunas marcas que dejó la lucha contra el Covid 19 -como los barbijos y las líneas en el piso que ayudan a calcular las distancias-, ayer volvieron a clases enciales en las escuelas de la provincia 830.000 estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario.
En varios establecimientos se hicieron actos de bienvenida sin cupos ni control febril al ingreso, como hace dos años, antes de que se decretara el confinamiento.
El clima de alegría, producto del encuentro, se vivió en todos los establecimientos. Las aulas, repletas de alumnos sentados de a dos o en grupos, mostraban un panorama totalmente diferente al de los años anteriores. Escuchar al profesor sin burbujas o distancias tenía el gusto de la novedad.
En la escuela García Faure de barrio Alta Córdoba, padres y alumnos concurrieron a la tradicional apertura del ciclo lectivo, donde se les dio la bienvenida a los estudiantes y se presentaron las nuevas autoridades. En el polideportivo de la institución, los niños, entre risas llenas de nervios, se abrazaban con sus compañeritos luego de mucho tiempo.
“Volvimos con clases presenciales plenas y la totalidad de la carga horaria. Y ya estamos pensando en retomar las salidas didácticas”, expresó con satisfacción el director del Ipem 43 Presidente Irigoyen, Ernesto Valenzuela. En tanto, Ricardo Pela, director del colegio Carbó, dijo: “Fue un comienzo con total normalidad. Se siguen cumpliendo protocolos como la higiene y la ventilación cruzada en las aulas. El barbijo llegó para quedarse tanto en chicos como en padres”.
Este año, la Provincia hizo hincapié en la necesidad de cuidar la presencialidad. Para ello, recordó que es imprescindible completar la vacunación contra el Covid 19, mantener la ventilación cruzada en los espacios, higienizarse las manos y utilizar el barbijo de forma permanente. Por último, se definió desde este año la extensión de una hora para el cursado en los tres primeros grados del nivel primario.