Las cinco hijas de Adriana Suárez, la mujer detenida en Guaymallén, Mendoza, por el brutal asesinato y descuartizamiento de su inquilino, quedarán momentáneamente bajo la custodia del Estado provincial. Así lo resolvieron las autoridades del Ministerio de Educación, Cultura, Infancias y la Dirección General de Escuelas (DGE), al no encontrar familiares cercanos que pudieran albergarlas.
Las niñas, de 6, 9, 11, 13 y 15 años, serán ingresadas a hogares dependientes del gobierno como medida de protección excepcional. Según la investigación, algunas de ellas habrían presenciado el violento crimen de César Rodas, ocurrido a mediados de junio en la localidad de Las Cañas.
El asesinato se habría producido luego de que Rodas intentara abusar de una de las hijas de Suárez. La mujer, de 40 años, junto a Marcelo Altamirano, fue acusada de matarlo con un hacha, descuartizarlo y quemar sus restos en una parrilla. Ambos fueron imputados por homicidio agravado por ensañamiento, delito que prevé prisión perpetua.
El caso salió a la luz cuando un ex cuñado de Suárez alertó a la policía tras recibir imágenes del cuerpo mutilado enviadas por la propia acusada. Suárez confesó el crimen al ser detenida y también mencionó la participación de otros dos hombres.
Adriana Suárez cuenta con un largo historial delictivo que comenzó en 2012 con una condena por robo agravado. A pesar de sus antecedentes, había logrado beneficios como la prisión domiciliaria por tener hijas pequeñas y por las restricciones impuestas durante la pandemia de Covid-19. Durante ese período, retomó la convivencia con sus hijas y fue cuando se produjo el asesinato de Rodas.
Ahora, las autoridades buscan garantizar la protección y el acompañamiento psicológico de las menores, mientras el proceso judicial sigue su curso.